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A sabiendas de que el presidente dice lo primero que se le ocurre, confiado en que luego arregla el entuerto, es pésima su promesa de regresar la economía a los niveles que tenía en marzo pasado: porque en marzo pasado estaba en el peor momento desde 2009.

Es preciso que se recuerde, a cada instante, que la pandemia sólo llegó dar el puntillazo a una economía que venía de crecer un promedio anual de tres por ciento, pero que el actual gobierno la bajó a menos cero en únicamente 12 meses. La hizo polvo.

La economía mexicana registraba un momento malísimo cuando, el 23 de marzo, el gobierno decretó las primeras medidas sanitarias que detuvieron casi todas las actividades productivas. Por ejemplo, ya había hilado cuatro trimestres de contracción en el PIB.

Es decir, México ya llevaba año y medio de cuesta abajo en la economía cuando apareció en el país el primer caso de Covid-19. Tan mal estaba que desde 1993 no había experimentado tasas negativas en cuatro trimestres consecutivos.

Así que es un cuento de caminos eso de que la economía nacional se encuentra entre las de indicadores más bajos del mundo debido a la pandemia, pues venía de decrecer 0.1 por ciento en el PIB anual, que estuvo por primera vez en negativo desde 2009.

Sin embargo, el pronóstico estrella del presidente es que, para el próximo trimestre, el país regresará a como estaba antes del Covid, porque “en marzo del año próximo regresamos a como estábamos antes de la pandemia y tener un mayor crecimiento económico”.

Aunque es otra frase al vuelo, de esas a las que bien harían sus gobernados en no tenerlas en cuenta, como cuando prometió, hace meses, que su gobierno terminaba ayer de sentar las bases para acabar con la violencia que mata a un mexicano cada cuatro horas.

Pero la violencia no ha hecho más que aumentar: en lo que va de año suman 66 mil 763 homicidios dolosos, de acuerdo con el registro que divulga el propio gobierno, a través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y fiscalías estatales y federales.

O como cuando prometió hace un año que ayer estaría funcionando en México un sistema de salud de calidad y totalmente gratuito, como en Dinamarca, así aspiramos, como en Canadá, como en el Reino Unido.

O sea, son salidas fáciles del mandatario ante auditorios fáciles y, por lo tanto, responden únicamente a las emoción y no a la razón: salidas de un político en campaña que piensa las noticias de la siguiente hora, y no del presidente que piensa en el futuro.

Como no es cierto, tampoco, que la economía mejore en marzo.

Ni en todo 2021.