Veracruz tendrá la primera mujer gobernadora, y en ello va la certeza de que se elegirá a sus colaboradores con precisión y eficacia
La llegada de Morena al poder fue aplastante, hace seis años el movimiento debió echar mano no solo de sus candidatos, sino de una serie de personas que pudieran cubrir los perfiles para puestos públicos de inmediato. Esto implicó mucha improvisación, palos de ciego, errores -a veces graves- que debieron corregirse sobre la marcha.
A Morena no le avisaron con anterioridad de su victoria como ahora sucede con la oposición, cuya derrota fue anunciada con anticipación por las encuestas y el sentido común. Solo los despistados creyón que en el país o en Veracruz pudiera ganar la oposición. La victoria de Morena no siempre fue buena noticia, debieron crear de la nada gobiernos completos, este fue el caso de la estructura de Veracruz, o por lo menos así lo muestran tantos palos de ciego que pusieron en peligro la estabilidad del gobierno.
Hace algunos años se hablaba de Estado fallido y de la posibilidad de desconocer los poderes en la entidad por los excesos, voluntarios o involuntarios, del señor gobernador.
Hasta cierto punto resulta natural el hecho de que la improvisación haya marcado la pauta en la administración de Cuitláhuac García Jiménez, donde hasta él mismo debió aprender sobre la marcha y enfrentar conflictos que nunca había conocido.
Por otra parte, no falta quien afirme que, si bien existe el pretexto o la justificación de la sorpresiva victoria, se exageró al momento de seleccionar a su personal donde se eligió a personas sin nada de experiencia no solo en el campo que debieron desarrollar, sino en ninguna tarea. Bastaba con ser amigo o amigo del amigo para que tuvieran un cargo de responsabilidad dentro del gobierno estatal, y esto se notó desde el principio.
Una de las oficinas donde debió escogerse personas con mayor experiencia fue la de Comunicación Social, donde hasta la fecha se siguen cometiendo errores imperdonables y no por falta de experiencia, sino de sentido común y preparación.
Ahora, después de seis años de errores garrafales que le costaron al gobernador bajar rápidamente de las preferencias del presidente de la república y de la población, no se permitirán los errores. Desde luego en política no cabe la perfección, pero tampoco la necedad y el amiguismo a ultranza.
Porque Cuitláhuac hizo gala de amiguitos a los que ungió de poder sin que siquiera tuvieran terminada la educación media.
Veracruz tendrá la primera mujer gobernadora, y en ello va la certeza de que se elegirá a sus colaboradores con precisión y eficacia. Esa es su primera disposición de gobierno y el escaparate de su quehacer en Veracruz.
Morena ya no es aquella multitud amorfa, desprotegida de conocimientos administrativos y políticos, sino un monstruo de conocimientos profundos, con un Instituto de Capacitación Política donde los verdaderos intelectuales comparten conocimientos a militantes y simpatizantes de todas las edades.
El Instituto de Capacitación Política de Morena ha creado cuadros mostrando al resto de los partidos lo que debe hacerse desde el poder y también en la oposición, pero ésta desdeña la capacitación política y la formación de cuadros por temor a que los legisladores de siempre pierdan espacios. Así pasan de una presidencia municipal a una diputación y al senado, para luego regresar a la diputación o la presidencia municipal y son las mismas caras.
De ahí que la responsabilidad de la ingeniera Rocío Nahle García será muy grande, porque los veracruzanos que, como se anuncia desde ahora, será la oposición “Nini”, que ni gobierna ni deja gobernar, le exigirá prácticamente perfección a la nueva administración. Ya se anunciaba esta conducta agresiva de la oposición desde la creación de la guerra sucia que se desató en su contra con acusaciones que rayaban en lo absurdo.
Para empezar, desde diferentes trincheras y medios se difunden posibles gabinetes del futuro, no solo de Rocío Nahle sino de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
Algunas versiones las hacen para promover amigos, otras para desgastar enemigos, lo cierto es que sobran versiones sobre los posibles funcionarios públicos que acompañarán a la gobernadora durante este importante proceso de su carrera política.
La ingeniera solo ha dado algunos nombres como adelanto de lo que será el grueso de sus colaboradores, a pesar de que solo han sido tres los aludidos, las agresiones se asoman a los medios, el secretario de Gobierno, Ricardo Ahued; el secretario de Desarrollo Económico, Ernesto Pérez Astorga y, de Cultura, María Xóchitl Molina, a quien señalan ya los medios convencionales como alguien que fuera destituida del Instituto Veracruzano de Asuntos Indígenas durante la administración de Cuitláhuac García tras ser señalada de presunto delito de despojo, robo de proyectos y de exigir a sus subordinados parte de los viáticos.
La guerra sucia sigue, lo más probable es que haya una gran cantidad ataques durante los próximos seis años, porque los adversarios se consideraron a sí mismos enemigos de quienes ganaron, más aún cuando la diferencia de votos no deja de sorprenderlos.
Ante esta panorámica, la precisión debe ser uno de los factores que determinen la administración de Rocío Nahle, por lo que sería no solo malo sino peligroso que repitiera aunque fuera un funcionario público, porque para nadie es un secreto que el gobernador no apostó por ella en la lucha por la candidatura, sino por otro personaje que le sería más útil a Cuitláhuac en la gubernatura para cuidarle las espaldas.
El hecho de pertenecer al mismo movimiento no implica ser cómplice de quienes abusan de su gestión, y mucho menos una discreta tapadera. De ahí que la necesidad de trabajar con mano de cirujano a la hora de los nombramientos, es algo esencial y ella lo sabe.
Si bien la mayoría de la población emitió su voto a favor de Rocío Nahle, no deja de ser un nuevo gobierno que trabaje contracorriente, debido a los poderes fácticos de la entidad y cacicazgos con muchos intereses como para ponerlos en peligro. Su cúmulo de privilegios fueron mostrados con la intensa guerra sucia que nunca debieron llevar a cabo. La población conoce a los tramposos, más aún en Veracruz, donde los han padecido varias veces en el gobierno.
PEGA Y CORRE. – La fuerza que tuvieron los partidos PRI y PAN, tanto en el Congreso como en los medios, no es la misma que tenían antes de que los mexicanos conocieran los resultados de la voluntad popular. Pueden decir que votarán contra las reformas del partido en el poder, pero siguen siendo una minoría incapaz de impedirlas.
Lo mismo sucede con sus expresiones en los medios, la fuerza no es la misma, la representación social disminuyó considerablemente, y los alardes de contar con fuerza social deben ser olvidados…