Según la RAE, un aforismo es la “máxima sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte”
Según la RAE, un aforismo es la “máxima sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte”. Proviene del griego aphorismo que significa definición o dicho. Se les ha llamado máximas, axiomas, preceptos, proverbios, que invitan a pensar y a reflexionar. Son un modo breve de la expresión literaria. Los primeros aforismos que perfilaron el género fueron los hipocráticos —entre el siglo VI y principios del siglo V—, Hipócrates fue el padre de la observación clínica en medicina. Escribió: “la vida es breve y el arte es largo, la ocasión fugaz, la experiencia falaz y el juicio difícil”.
El género se consolidó hasta el siglo XIX con el pensamiento de Nietzsche, quien escribió: “Es mi ambición decir en 10 frases lo que todos los demás dicen en un libro, lo que todos los demás… no dicen en un libro”. Pero también expresa que “para poder saborear una sentencia es preciso agitarla y mezclarla con otros ingredientes (ejemplos, experiencias, historias)” e impulsa a expresar “cosas inquietantes”. Entre las principales características de los aforismos según Andrés Sánchez Pascual están la concisión didáctica, la agilidad crítica y la tendencia ilustrada.
El aforismo quiere separarse del saber absoluto: se pregunta, duda de la verdad. Nietzche suelta la siguiente carnada: “Al contraer matrimonio debes hacerte antes esta pregunta: ¿Crees que conversarás bien con esa mujer hasta la vejez? Todo lo demás en el matrimonio es transitorio, pero la mayor parte del tiempo de la vida común pertenece al diálogo”, y el aforismo además invita a dialogar y a exponer nuestras ideas.
En Kafka, sus aforismos van y vienen de la frontera entre su lógica y lo inverosímil: “Una jaula salió en busca de un pájaro”, “el camino verdadero pasa por una cuerda que no está tendida en lo alto, sino muy cerca del suelo. Parece hecha más para tropezar que para andar por ella”.
Leonardo da Vinci también nos dejó reflexiones tales como: “El hombre posee gran razonamiento, pero en su mayor parte vano y falso; los animales lo tienen menor, pero útil y verídico, y más vale una pequeña certeza que un gran engaño”.
León Tolstoi también escribió y recopiló aforismos de otros escritores. “Para que te sea fácil vivir con cualquier ser humano, piensa en lo que te une a él y no en lo que te separa de él”.
Personalmente, considero que Cioran es el padre de los aforismos, pareciera que escribe Haikus occidentales tales como: “Estar vivo; de pronto me sorprende lo extraño de esta expresión, como si no estuviera referida a nadie”. “Sueño con un confesor ideal a quien decirle todo, confesarle todo: sueño con un santo hastiado”. Y para alguien que duerme poco —y aprovechando que hoy es Viernes Santo— una máxima es: “¿Qué es una crucifixión única comparada con la cotidiana que sobrelleva quien padece de insomnio?”
Y le confío una máxima de Nietzsche hasta nuestro próximo encuentro: “No son pocos los que no encuentran su corazón hasta que no han perdido su cabeza”. Yo no sé dónde la dejé.