Finalmente todo siempre se reduce a si el PRI traicionará a la oposición y apoya una reforma regresiva que devolverá a México al autoritarismo
El tono del debate y la pugna generados por la iniciativa de reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador subió de tono este pasado fin de semana. Los grupos en pugna no cedieron ni en los días de descanso en sus ataques y descalificaciones. Unos y otros han hecho fintas, lanzado puyas y deslizado supuestos acuerdos y traiciones.
Más allá del contenido de la propuesta que, por el lado del gobierno, se centra en que el sistema electoral es caro y que del lado de la Oposición es vista como la destrucción del INE para crear un sistema autoritario que le garantice a Morena perpetuarse en el poder, ahora la definición de esta confrontación se centra en una sola cosa: Si el PRI decide traicionar a la alianza opositora y votar con Morena para pasar esta reforma.
El gran operador de este objetivo y uno de los favoritos del Presidente para sucederlo, el secretario de Gobernación Adán Augusto López, sigue en plena campaña legislativa recorriendo todo el país fustigando a la oposición con el tema de las fuerzas armadas en labores de Seguridad Pública y ahora continuará su gira nacional con el tema de la Reforma Electoral de Morena.
Ha sido precisamente Adán Augusto quien ha calentado el fogón al deslizar que ya hay una “mesa de trabajo” integrada por el gobierno, Morena, el PRI y “algunos panistas” para analizar la reforma política de López Obrador y el resto de iniciativas en materia electoral. El argumento del gobierno es que “el INE no va a desaparecer” aunque en los hechos su proyecto de reforma prácticamente desmontaría al INE autónomo e independiente tal y como lo conocemos.
Ante este amago, el dirigente del PAN, Marko Cortés y sus coordinadores en el Senado, Julen Rementería, y en la Cámara de Diputados, Jorge Romero, desmintieron al titular de la Segob y afirmaron que no habrá “ni un voto azul” a favor de esa reforma; mientras que Movimiento Ciudadano tomó el toro por los cuernos y se tiró a fondo para arrinconar al PRI al acusarlo de haber pactado ya votar a favor de la reforma electoral de AMLO-Morena.
Y sin duda su maniobra fue efectiva, pues tanto el presidente del PRI, Alejandro Moreno, como el coordinador de los diputados priistas, Rubén Moreira, salieron al ruedo para (por ahora) negar pacto alguno y garantizar que votarán con la Oposición contra la reforma electoral del Presidente, con lo que se garantizarían su cancelación, un proceso electoral en 2024 organizado por el INE y fuera del control del gobierno federal y su partido.
Por eso hoy por hoy todas las baterías políticas están enfocadas en voto del PRI en el Congreso. Y al parecer, ciertamente aún no está conjurada una posible traición del priismo al voto de la alianza Va por México, pues el propio Moreira parece dispuesto a generar un conflicto entre las filas opositoras al lanzarse de manera innecesaria y gratuita contra el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y acusarlo de retener recursos a los municipios de la entidad.
Tal parece que gobierno sin duda tiene muchos recursos para apretar a un PRI cuyos dirigentes y ex líderes no están exentos de múltiples actos de corrupción y la 4T está dispuesta a echar mano de todos los recursos disponibles para doblar al priismo, sean las denuncias judiciales o el espionaje político.
Las cosas están que arden y tarde, pero finalmente, los opositores a la reforma electoral de AMLO convocaron a acciones que van más allá de las declaraciones públicas y artículos periodísticos. Han convocado para el próximo domingo 13 de noviembre en la Ciudad de México del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez que haya ahora se replicaría en otras 12 ciudades del país, además de un Paro Nacional al día siguiente, el lunes 14 de noviembre. Habrá que ver su capacidad de convocatoria.
Así van las cosas, seguiremos a la espera de ver si la Oposición y la sociedad civil realizan más acciones para defender al INE y frenar la reforma electoral de Morena, de cuáles serán las nuevas cartas que jugarán el Presidente y el gobierno federal.
Pero finalmente todo siempre se reduce a si el PRI traicionará a la oposición y apoya una reforma regresiva que devolverá a México al autoritarismo del “partido casi único”, hoy con Morena como herencia de López Obrador.
@nesojeda