No está exento de responsabilidad el señor Elon Musk, dizque compadre de Samuel García el mentiroso gobernador de Nuevo León…
Dicen que los números no mienten, pero que tampoco dicen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Aplicado a los dos principales generadores de opinión pública en el siglo que corre, las encuestas y las “benditas” redes sociales, la popularidad que entre los norteamericanos acompañó a Donald Trump en sus primeros días como presidente, si no se ha ido por el desagüe, tiene esa tendencia. Únicamente eso es lo que dan las encuestas: una instantánea del rumbo que está tomando la opinión de una muestra supuestamente representativa de las mayorías.
Una media de las encuestas de aprobación entre los adultos votantes gringos, arroja que solamente el 22 por ciento de ellos aprueba el ejercicio del neoyorquino, mientras que el 45 lo rechaza plenamente. Números tan bajos a lo positivo no los había tenido ningún presidente de los vecinos del norte, desde la Segunda Guerra Mundial.
Esto parece ser un balance parcial de los primeros cien días del ejercicio trumpezón en la Casa Blanca, y sus 144 órdenes presidenciales que en diversos ámbitos ha disparado desde su primer día: más de una órden presidencial al día en promedio, incluyendo días de guardar.
Uno de los problemas con los que Trump suele ser desafortunado son los números; muy similar a lo que solía hacer diariamente con números y calificativos el tristemente célebre presidente López Obrador. De la misma manera en que Lopitos descalificaba a los neoliberales del pasado, haciéndoles responsables de toda la corrupción y todos los males que aquejan a los mexicanos, Trump cuelga a los migrantes mexicanos los calificativos de asesinos, dementes, prófugos de prisiones y manicomios, que ocasionan el consumo de drogas de sus paisanos. Ambos acuden con frecuencia a cifras sin sustento matemático alguno. No dudo que Lopitos, donde quiera él estar, lo siga haciendo.
Como los problemas que a la sociedad más afectan tienen que ver con el bolsillo, unos números llevan indefectiblemente a los de las encuestas. La descalificación del ejercicio Trump tiene que ver con la recesión económica que ya por ahí lo anda buscando a consecuencia de los aranceles, y con el combate a la migración por la vía del estrangulamiento económico de las universidades que mantienen libertades fundamentales entre sus alumnos y maestros.
No está exento de responsabilidad el señor Elon Musk, dizque compadre de Samuel García el mentiroso gobernador de Nuevo León, cabeza de una oficina nada grata a los empleados de gobierno, la DOGE. Doscientos mil burócratas han perdido su trabajo al poner Musk en práctica la idea de austeridad administrativa. Ochenta mil veteranos de guerra han visto menguados sus beneficios, y el funcionamiento de los servicios de sanidad, Medicare y Medicaid, de suyo perfectibles, está amenazado. La supresión del USAID (Ayuda Internacional de los Estados Unidos para el Desarrollo, por sus siglas) ha contribuido simultáneamente a ese desempleo y al desprestigio internacional de Trump.
2030 es otro guarismo que poco beneficia a Donald el presidente. Su más o menos velada intención de hacerle a la Constitución lo que se tenga que hacer, para poder presentarse a las elecciones de ese año a un tercer período presidencial, preocupa a muchos norteamericanos, no solamente del partido demócrata.
Y no le toquen ese vals a los mexicanos.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Si, como nos dicen varias veces al día en la televisión, gracias a un mexicano hay una rampa para discapacitados en el acceso a la basílica de Santa María Mayor en Roma, ¿por qué el féretro del papa Pancho, con quien el famoso mexicano sostenía amistad sincera, tuvo que ser penosamente subido por las escaleras por un grupo de hombres para que su cuerpo llegara al sitio en que descansa en paz? O ¿es cuestión de protocolo?