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Quinto, en el organigrama de la representación de negocios del gobierno de Estados Unidos, el embajador Gregg Doud tiene a su cargo el capítulo agrícola en la oficina encabezada por Robert Lighthizer. Por lo mismo, sus declaraciones sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio prendieron la alianza de sus contrapartes canadienses.

Con ellos —lamentó American Sugar Alliance en Traverse City, Michigan, a mediados de la semana pasada— las conversaciones han sido “en verdad difíciles”, tanto que no ha habido avances sustanciales desde que iniciaron las negociaciones para modernizar al acuerdo comercial firmado por las naciones de Norteamérica en 1994. Con México, en cambio, ha habido fluidez y entendimiento.

“O es Canadá, o es lo que quiere decir Canadá”, se quejó el embajador Doud, de acuerdo a reportes de la prensa local retomados por los principales diarios canadienses. Antes había recordado que ambas naciones tienen diferencias sobre agronegocios que hace mucho no han podido resolverse, pero evitó describir al elefante dentro de la sala: las objeciones estadounidenses a los sistemas canadienses de administración de suministros para lácteos y aves de corral.

Ante el riesgo de malinterpretar o descontextualizar las declaraciones de un funcionario de alto rango, la prensa canadiense consultó a la oficina de Lighthizer que no planteó ninguna objeción a tales juicios, que de hecho se empatan con comentarios previos del jefe negociador, quien recientemente dijo a senadores estadounidenses que estaban cerca de un acuerdo con México, pero Canadá no ha estado dispuesto a comprometerse.

Los dos países también están en medio de tensas negociaciones sobre el TLCAN, que Trump ha llamado “el peor acuerdo comercial que se haya hecho”.

En el terreno del acceso a los mercados canadienses, las conversaciones no han alcanzado densidad ni sustancia, planteó Dood. “Tenemos que conseguir una situación en la que podamos incorporar a Canadá y envolver todo esto”.

La relación entre ambos vecinos atraviesa por uno de sus momentos más complicados. Canadá presume de que la frontera con el vecino del sur –más de 6 mil kilómetros entre densos bosques, ríos caudalosos y los Grandes Lagos—prácticamente no necesitan de protección… hasta ahora. Y es que la Machias Seal Island, un pequeño territorio insular de 20 acres repleta de frailecillos, alcas, golondrinas de mar y otras aves marinas que se ha convertido en un santuario para los observadores de aves. Canadá y Estados Unidos reclaman soberanía sobre la isla, ubicada a 10 millas de la costa de Maine, y la zona gris de 277 millas cuadradas que los rodea, donde los pescadores de ambos países compiten por la langosta.

A finales de junio y principios de julio, los pescadores canadienses dijeron que agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos interceptaron botes de langosta canadiense en la Zona Gris.

Al menos 10 embarcaciones canadienses fueron detenidas y sus tripulaciones interrogadas sobre si llevaban drogas o inmigrantes ilegales.

En mayo, Estados Unidos impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio canadienses, lo que provocó represalias de Canadá sobre los mismos metales y otras exportaciones estadounidenses. El presidente Trump arremetió contra el primer ministro canadiense Justin Trudeau, calificándolo de “deshonesto y débil”.

¿Tácticas rudas de negociación o relaciones públicas de los estadounidenses? El verdadero problema del TLC, insisten los representantes canadienses, es el déficit comercial de Estados Unidos con México. A punto de cumplir un mes fuera de la mesa de negociaciones, prefieren asumir que los complejos problemas entre los dos vecinos del sur han complicado el escenario.

El próximo miércoles, los equipos negociadores de México y Estados Unidos van a una ronda definitiva. Y los aliados incómodos permanecerán en Ottawa, afinando su estrategia para cuando sean invitados nuevamente a la mesa.

EFECTOS SECUNDARIOS

SINFINES. Hace 11 años Enrique Aguilar Dubose tuvo que salir de ICA Construcciones. El litigio que emprendió contra Pedro Topete, José Luis Moreno, Antonio Sordo Macías y Carlos Méndez Bueno pasó de lo laboral a lo penal, por lo que fue encarcelado, entre el 30 de octubre del 2015 y el 3 de febrero de 2016. Declarado inocente y con dos laudos mixtos bajo el brazo, hace tres meses fue notificado por la Junta 14 de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México de que sus expatrones deben indemnizarle, con 56.6 millones de pesos. Y el Tercer Tribunal Colegiado de Circuito señaló que se dicte condena solidaria para las empresas Viabilis Infratestructura, Viabilis Holding, Construcciones Industriales del Sur, Controladora de Operaciones de Infraestructura y Ahorro Corporación Financiera, además de ICA. Los demandados se niegan a pagar al actor su sentencia laboral que está firme. Ahora la Comisión Nacional Bancaria y de Valores se niega a proporcionar a la Junta las cuentas bancarias de dichas empresas protegiendo en forma injusta a dichas empresas condenadas para permitirles evadirse del pago y de la justicia laboral.

EXIGENCIA. Sin que la crisis por el caso Odebrecht explote plenamente aun y con el arbitraje internacional solicitado por Oro Negro en ciernes, Petróleos Mexicano acumula asuntos candentes, con la demanda, por 36 millones de dólares, que reclama Grup Servicii Petroliere, firma que en el 2013 arrendó una plataforma de perforación marina en aguas del Golfo de México. El contrato 421002873 era por 1,066 días, pero la empresa paraestatal lo dio por terminado anticipadamente, el 30 de abril de 2015. A partir de entonces y hasta el 16 de abril de 2016, la plataforma GSP Atlas, localizada en el campo Balam-TA, prácticamente quedó abandonada porque Pemex no proporcionó los barcos remolcadores, no cerró el pozo, ni desfogó líneas de boyado. Lo peor de todo es que para gestionar el pago, Pemex –a través de Guillermo Bernal Miranda—sugirió demandar a la contratista y luego lo condicionó, al desistimiento.