Contó don Manuel Velasco Suárez una anécdota cuando el levantamiento del EZLN. Apareció un animal extraño al lado de la carretera, cuando iba a dispararle, sus nietos le advirtieron: “no mates al lobo, porque se acaba el cuento”. Vale aquella parábola ahora que tantos – aquí y en el extranjero- usan el poderoso recurso de … Continued
Contó don Manuel Velasco Suárez una anécdota cuando el levantamiento del EZLN.
Apareció un animal extraño al lado de la carretera, cuando iba a dispararle, sus nietos le advirtieron: “no mates al lobo, porque se acaba el cuento”.
Vale aquella parábola ahora que tantos – aquí y en el extranjero- usan el poderoso recurso de la negación para seguir con el inmoral lucro, con la indecente explotación de la atrocidad de Iguala, ocasionada por la complicidad de políticos locales con las bandas criminales de Guerrero.
Los límites de la gestoría de legisladores
Exige la democracia representativa que los legisladores hagan gestiones en beneficio de quienes les eligieron. Es la regla en todo el mundo, requisito indispensable para mantener el favor de los ciudadanos.
Aquí hasta la gestoría quieren satanizar. Así, al ahora precandidato priísta al gobierno de Campeche se le acusó de “conflicto de intereses”, por hacer gestiones a favor de una empresa en dificultades, cuyo cierre implicaba la pérdida de nueve mil empleos en aquella entidad.
Sería inmoral e ilegal que el legislador obtuviera beneficios económicos, pero en cualquiera democracia lo más normal es que el legislador obtenga beneficios electorales, esto es, el favor de sus votantes. Lo aberrante es que aquí eso sea satanizado.
El sagrado derecho a equivocarse
Dicen los que saben que la democracia es el sistema que permite a los ciudadanos elegir a quienes les gobiernan. Así, con su voto, los ciudadanos contribuyen a resolver civilizada, ordenada y pacíficamente las luchas por el poder.
Es posible que muchas veces quienes votamos no elijamos a los mejores, más capaces y más preparados, sino a aquel que, por distintas y a veces subjetivas razones nos convence.
Muchas veces, en las democracias, los ciudadanos nos equivocamos al emitir nuestro voto. En las democracias eso no importa, porque somos los ciudadanos quienes pagaremos el costo de nuestro error. Por eso también es sagrado el derecho ciudadano a equivocarse.
NOTAS EN REMOLINO
Ha reconocido el jefe de gobierno del Distrito Federal Miguel Ángel Mancera que ya se evalúa la posibilidad de cambiar los trenes de la Línea 12. Evalúan, sin duda, los costos económicos y políticos de tal decisión… Muchos queretanos consideran que el CEN del PAN intenta una engañosa finta con eso de que todavía puede Ricardo Anaya ser candidato a la gubernatura… Ahora que Gustavo Madero le entró al pleito entre el gobernador César Duarte, Javier Corral y políticos descontinuados, dicen en Chihuahua que “entre mula y mula, nomás las patadas se oyen”… Quienes descalifican la idea de doña Sara Sefchovich para que las madres influyan en sus hijos para corregir males como la corrupción se equivocan, subestiman el poder de las madres en las familias… ¿Cómo por qué criticar a Cuauhtémoc Blanco por sus aspiraciones políticas? Un deportista polémico, sí, pero al menos con más honradez intelectual que muchos personajes… La senadora Dolores Padierna le dio rienda suelta a la loca de la casa, a la imaginación al pretender vincular los sucesos de Tlatlaya con la atrocidad de Iguala. Riesgos de los arrebatos retóricos… Habrá auditor externo para supervisar licitaciones en la SCT. No importa, para algunos ni siquiera bastaría el aval de la madre Teresa de Calcuta…