Elecciones 2024
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Es feo el logo del aeropuerto. Es feo porque los regímenes autoritarios son fodongos. El Che Guevara, su gran santón, escribió que había que quitarle al capitalismo “el privilegio de la belleza”. Pero un logo vale sorbete. Y éste sirve que distrae.

Despista, mientras la persona que mete a la cárcel a los adversarios del gobierno hace campaña pública en favor de los candidatos del gobierno bajo cuyas ordenes mete a la cárcel a sus adversarios. Eso está absolutamente al nivel de Stalin. Sí: un logo vale cacahuates.

Santiago Nieto, zar de la Unidad de Inteligencia Financiera, que en un régimen democrático estándar tendría que ser imparcial y darle confianza a todos los ciudadanos, hizo campaña el fin de semana para que gane en Querétaro la candidata de su jefe el presidente.

Y ella, Celia Maya, le agradeció al policía financiero del Estado mexicano su respaldo para que “nadie que asuma el compromiso de la Cuarta Transformación le va a fallar al pueblo”. A la par, Nieto informa que investiga a políticos de la oposición.

El policía financiero puede alegar que hace campaña en su tiempo libre, pero es inmoral que dediquen el tiempo libre a la política de callejón publico, los funcionarios con poder para investigar a alguien y ese alguien vaya a la cárcel. Más, si es su enemigo político.

Es del estalinismo más abusivo y aterrador. Entonces, vale chetos un logo cuando varias generaciones de un país están entrando velozmente al aro de un gobierno autoritario por sus leyes, autoritario por sus expresiones, autoritario por su comportamiento.

No olvidemos que la Ley de Austeridad permite al jefe de Nieto disponer por inspiración personal de una parte del presupuesto del Estado (seis billones 295.7 millones de pesos). Al estilo de la partida secreta de antes del 2000, pero sin el nombre de secreta.

Esa facultad no la tiene ni Putin. Es imposible, hasta en los sueños más dulces de quien acaba de firmarse una ley que le permite seguir siendo presidente hasta que muera, en el país que es la segunda potencia mundial.

Pero no sólo eso, eh: nuestro presidente es tan poderoso que fue el día de su cumpleaños que nuestros legisladores le aprobaron gastar, por inspiración divina, seis billones 295.7 millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021.

Y antes le aprobaron la Ley Nacional de Extinción de Dominio, que le permite “disponer de forma anticipada” de bienes inmuebles, dinero en cuentas y efectivo incautados, sin esperar veredicto judicial, aunque después un juez diga que el acusado es inocente.

Lo que pasa realmente es que te acostumbras a todo eso.

Y entonces te entretienes con el logo de un mamut.