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El presidente se equivoca al creer que Estados Unidos tiene la clave para detener la migración de centroamericanos. La clave la tenía México: en los últimos 10 años, con el incremento de la inversión privada aquí, los mexicanos dejaron de irse y miles regresaron.

La liberación de la economía, junto con el fortalecimiento de las instituciones democráticas propiciaron que en 2016 y 2017 regresaran 300 mil paisanos y, al inicio de este gobierno, viviera en Estados Unidos el menor número de mexicanos en la historia.

Desde 2009, los flujos de la migración ilegal mexicana empezaron a bajar en coincidencia con el crecimiento promedio de 2.5 por anual de nuestra economía. Entonces la clave no está en que Estados Unidos regale dinero, sino en que los países generen dinero.

Es por eso que el presidente se equivoca, como ayer, al pedir a Estados Unidos que inyecte capital en Centroamérica sembrando arbolitos y dándole dinero a los jóvenes, tal cual hace su gobierno aquí, lo cual es únicamente un barril sin fondo que nada resuelve.

Porque lo que provocaron los programas clientelares, el freno a la inversión privada y el deterioro de las instituciones democráticas durante el gobierno de nuestro presidente es que, por primera vez en una década, los mexicanos han vuelto a irse a Estados Unidos.

Según la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, de octubre de 2019 a junio de 2021, fueron detenidos o deportados 479 mil 376 mexicanos. No es el dinero regalado el que los retiene aquí: los retenía el dinero ganado.

Pero hoy en México es más difícil ganar dinero: la inversión de empresarios registra la peor caída desde 1995: bajó a 29 por ciento. Sólo en 2020, esos empresarios sacaron 257 mil 238 millones de pesos, la mayor fuga de capitales de México en su historia.

La explicación a que los mexicanos vuelvan a emigrar es la misma que en los regímenes de gobierno que elogia el presidente en Cuba y Venezuela: el aplastamiento a los empresarios privados, que son quienes dan empleos. Y, por eso, éstos sacan la lana del país.

El presidente lo sabe, así que es pura retórica su llamado a Estados Unidos a sembrar arbolitos y dar becas en Centroamérica. Y lo sabe porque, aquí mismo, le crecieron mas de tres millones de pobres en su gestión, aunque aporta carretadas de dinero a cambio de votos.

De cada sucursal del Banco de Bienestar son retirados dos millones de pesos diarios, según el propio gobierno. Pero quienes retiran ese dinero no generan a dinero: son mantenidos por el gobierno que, cuando dejen de recibirlo, se convertirán en migrantes.

Esa ecuación se llama pan para hoy y hambre para mañana.

Mucha hambre.