Por eso Estados Unidos decidió cerrarse y deportar hacia México. Total, que aquí 50 por ciento de los empleos será para los deportados
Dos días después de su triunfo, Estados Unidos tomó la palabra a la próxima presidenta de México, quien en campaña abrió las puertas a los migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Honduras, al proponer que 50 por ciento de los empleos sean para ellos, y 50 por ciento para los mexicanos.
Ayer, el presidente Joe Biden ordenó cerrar la frontera con México durante siete días, cuando los migrantes irregulares rebasen el límite de dos mil 500 diarios, y que sean deportados a México, en cumplimiento de los acuerdos del actual presidente mexicano con Donald Trump.
Pero para la próxima presidenta mexicana, la orden de Biden no es problema, porque ella ya lo tenía todo pensado. En campaña dijo que con ella habrá empleos de sobra aquí, y México tendrá capacidad para recibir a quienes escapan del desempleo, la violencia y la pobreza en sus países.
Casi la misma propuesta que incumplió el actual mandatario, quien el 15 de octubre de 2018 dijo en Tamaulipas que otorgaría visa de trabajo a los migrantes centroamericanos, porque “donde come uno comen dos y aquí sobrarán los empleos”.
Pero lo que sucedió fue que, el entonces presidente Trump, le tomó la palabra y el ocho de agosto de 2023 explicó: “Le dije al presidente de México que había mucha gente mala cruzando para acá y tenía que darnos soldados. Es un caballero y nos dio 28 mil soldados en la frontera”.
Y, ahora, la decisión de Biden se produjo inmediatamente después del resultado electoral en México, a sabiendas de que el resultado mantendrá el incremento de la migración ilegal de mexicanos, por mucho que los mexicanos hayan votado en masa por la continuidad del actual régimen.
Aun con los abundantes programas sociales de reparto de efectivo, que le dieron el triunfo a la ganadora de las elecciones, la migración ilegal de mexicanos se disparó durante el actual gobierno, pues se fue medio millón más que con la gestión de Enrique Peña (2012-18).
Estados Unidos sabe que, con la próxima presidenta, la migración ilegal será aun mayor porque en cierto momento será imposible mantener el actual ritmo de reparto de efectivo: para obtener el voto del 2 de junio, este gobierno tuvo que pedir prestados 2.2 billones de pesos.
El endeudamiento interno es de un billón 990 mil millones de pesos; y el endeudamiento externo es de 18 mil millones de dólares. Para mantener el voto, la próxima presidenta tendrá que seguir pidiendo prestado, a la que vez que tendrá que pagar las deudas. En un punto, será imposible.
Por eso Estados Unidos decidió cerrarse y deportar hacia México.
Total, que aquí 50 por ciento de los empleos será para los deportados.