Desde hace muchos años tengo la certeza, e insisto en ella, de que nuestro país requiere para entrar en una forma aceptable de modernidad, dos transformaciones esenciales. El cambio de un sistema político que abandone el presidencialismo imperial en pos de un parlamentarismo honesto, y la elaboración inteligente de una nueva Constitución, lex magna, vamos. Pero … Continued
Desde hace muchos años tengo la certeza, e insisto en ella, de que nuestro país requiere para entrar en una forma aceptable de modernidad, dos transformaciones esenciales. El cambio de un sistema político que abandone el presidencialismo imperial en pos de un parlamentarismo honesto, y la elaboración inteligente de una nueva Constitución, lex magna, vamos. Pero seria sin violaciones sexenales.
El momento actual de México documenta la quiebra institucional que ya sabemos: el gobierno no sirve, los partidos no sirven, la corrupción determina las conductas, desde la mordida al poli hasta el contrato de Odebrecht.
La República ha fracasado.
Lo seguidores de Platón hablan de que república quiere decir politeia , que viene a ser ciudad polis y eso. Marco Tulio Cicerón le dio forma al concepto con su De Re Publica: de la cosa pública.Descubrió el méndigo, en las tertulias muy semejanes a los socráticas, que el ejercicio del poder va como sigue: monarquía, seguida de tirania, luego aristocracia, oligarquía, democracia y olocracia que quiere decir el poder de la plebe. Y de ahí, otra vez al inicio del ciclo.
En eso andábanos, cuando la derecha mexicana decidió entrarle al toro por los cuernos y hacer un partido político.
Vamos a ver: la derecha mexicana, que es muy importante en nuestro país pese a su incapacidad organizativa, ha decidido levantar la mano, por el puño más débil, el Yunque. Se trata de la más añeja y extremista postura de la derecha de todos los extremos, que ahora según un señor que se llama Gricha y se apedilla Raether registrará un partido político republicano el año que viene. Habrá de llamarse México Republicano. Por aquello de Donald Trump, con quien comulgan.
Qué sea para bien.
Los partidos políticos mexicanos, comenzando por el último que se llama Morena, no ofrecen a los paisanos nada más que desesperanza. Chúpenle a la ubre de las prerrogtivas electorales lo que les vamos a pagar.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (mientras se aclara si son peras o son frutos de los mismos olmos de antes): Máscara contra cabellera. Monreal y el favorito.