Elecciones 2024
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La campaña presidencial dura 13 semanas y de esas vivimos ya la primera con escarceos y fintas insustanciales, sin golpes. Podemos resumir la actuación de los candidatos así:

El aventajado AMLO rehuyendo el combate, ¿para qué? sabe que habrá tres debates ¿para qué quiere más riesgos? él mismo dice “no me voy a enganchar”, “amor y paz” que resume su estrategia y que tal vez sea la que utilice en los debates, y mientras tiene a todos enganchados con el aeropuerto, que si lo cancelará, que si revisará contratos, que si se revisarán las condiciones técnicas, de nuevo que se cancela, y así tiene a todos hablando de un tema que no le interesa a la gran mayoría de mexicanos, es una perfecta manera de rehuir los combates y hacer rounds de sombra, una buena estrategia de mantener liderazgo sin molestar a sus simpatizantes; Anaya por su parte buscando un tema de impacto sin éxito, se podría decir que su primer semana fue poco productiva, sin nada que destacar, tal vez con la novedad de un efectivo vocero como Jorge Castañeda que ha venido a inyectar una dosis de ironía que hacen más interesantes y más entendibles los argumentos de su candidato para quienes aguantamos o al menos consumimos todos esos momentos; Meade convirtió una debilidad en una oportunidad, los ataques sobre que era el único que no había presentado la famosa declaración 3de3 y que ya se había convertido en una situación incómoda (que por cierto ni es obligatoria ni nos indica que alguien está limpio, solo que tuvo el detalle de llenar unos formatos con la información que quiere que conozcamos) en un reto a un “debate patrimonial” acompañándolo de una auditoría sobre su patrimonio; como estrategia es válida aunque sus contrincantes en forma lógica lo evadieron, lo batearon pues y el país lo agradece; que poco atractivo se me haría un debate entre candidatos presidenciales sobre sus propiedades mientras Trump militariza la frontera y el crimen organizado sigue actuando en casi todo el territorio, sería bizantino escucharlos discutiendo sobre la casa, el terreno, el auto o el sueldo, mejor me espero a los debates oficiales y espero algo más sustantivo, pero repito, como estrategia electoral, Meade hace lo correcto, buscar enfrentamientos y acusarlos de rehuirlos, no sé si eso funcione pero parece lógico buscarlo, no solo éste sino cualquier debate, si la debilidad de su candidatura es el partido él debe buscar que se contrasten candidatos y eso se hace mejor cuando están todos juntos, Meade buscará este y cualquier otro tema para retar a los demás.

En el caso de la candidata sin partido, Margarita Zavala, podemos decir que fue su presentación real ya que primero se dedicó a conseguir firmas y luego a sufrir mientras las revisaba el INE, ahora ya tiene representante en cada una de las mesas de debate que organizan los medios, aunque aún no da la nota ni genera comentarios y creo que es porque a su vocero le sobran argumentos pero le faltan las tablas de sus oponentes, (tanto Tatiana como Lozano y Castañeda por ejemplo se presentan con carisma y manejo de medios), personalmente creo que su representante debería ser siempre su hermano Juan Ignacio, que domina los escenarios y tiene argumentos a favor y en contra de todas las posturas, pero como apenas va una semana de campaña habrá que ver el desarrollo de su estrategia, que hasta ahora ha consistido en mostrar la real inequidad en la contienda, inequidad que no es culpe del INE como ella acusa sino de la ley, pero para cuestiones de la campaña no importa, el acto mediático importa más que la sustancia de la acusación así que queda registrado, la contienda es inequitativa, tendrá muchísimo menos dinero y muchísimo menos espacio en medios electrónicos, así es la ley y no está mal que nos lo recuerde porque la coloca en el papel de “pueblo” no beneficiado y eso atrae simpatías, la pregunta que se debe hacer en su cuarto de contienda es hasta dónde da eso, si busca presencia marginal le basta, si busca presencia importante y competitiva le será insuficiente, porque debe también mostrar algo de “poder”, ese poder afrodisiaco que seduce al electorado y que los candidatos transmiten cuando muestran plazas llenas, la pobreza en campaña atrae a muchos, pero no a multitudes.

El final de la primera semana de campaña termina en un punto de convergencia que puede ser positivo para el país: la postura poco amigable de Trump hacia México, la reacción de los legisladores, de los empresarios, de los candidatos y candidata, la aparición del presidente Peña Nieto que hay que aceptarlo dio con el tono adecuado para responder a Trump, sin ofenderlo pero firme y mencionando por su nombre y con sus palabras a cada aspirante presidencial, sin buscar los reflectores individuales y recordando que su postura es la postura de todas las fuerzas políticas; así termina la primera semana de las 13, en la concurrencia.

La segunda semana iniciará seguramente con este último tema y dependiendo de su evolución, cada candidato estará trabajando en la preparación mediática, psicológica, temática y personal hacia el domingo 22 de abril, fecha del primer enfrentamiento cara a cara en el primero de los tres debates.