Elecciones 2024
Elecciones 2024

El pasado 3 de marzo publiqué aquí en El Economista un comentario relativo a lo realizado por el Sindicato Nacional de Lamehuevos y Conexos del Líder de la Confederación de Trabajadores de México, quienes mandaron construir una estatua de cuerpo entero de 2 metros 70 centímetros de tamaño, con la imagen del corrupto, cínico y obsoleto cacique cetemista, Joaquín Gamboa Pascoe, antiguo contrabandista de hornos de microondas.

Para instalar en el vestíbulo de la sede de la central, como pieza única, la efigie del actual líder, los bustos del antecesor de Gamboa, la Güera Rodríguez Alcaíne y el del máximo líder charro de la historia de México, Fidel Velázquez, fueron cambiados de lugar; del vestíbulo donde estaban a la vista de todas las personas que concurrían al edificio, los mandaron al auditorio Amilpa que está tan abandonado que, según dicen, cada 1 de mayo se aparecen los fantasmas de los cinco lobitos —Fidel incluido.

El que está escribiendo esta columna pensó que la estatua era una especie de colofón a la trayectoria del nonagenario dirigente sindical a quien faltaba, entonces, poco más de un año para poner fin a su gestión. Creí, yo que soy un ingenuo, que, dada su avanzada edad, al terminar su período se jubilaría el arcaico dirigente. Lo imaginé en el retiro, gozando de sus riquezas, de su colección de autos y relojes y zapatos hechos con “piel de obrero”.

Pero para mi sorpresa y la de aquellos que pensaban lo mismo que yo, precisamente el día que Patricia azotó las costas mexicanas, don Joaquín —así le gusta que le llamen, como si fuera patrón— dio un madruguete y, casi en secreto, convocó a un congreso de acceso restringido; sólo entraron los afines del anticuado jerarca. En el susodicho congreso, sin tener contrincante enfrente, Gamboa Pascoe fue reelegido, con lo cual aspira a ser el mandamás de la CTM hasta el 2022, año en el que cumplirá 99 años.

Gamboa Pascoe fue reelecto no obstante al existir pruebas de que a sus 93 años no siempre le funciona el caletre. En una ocasión llamó al presidente Peña Nieto, el presidente “de la Peña”. O, recientemente, cuando Manlio Fabio Beltrones en su carácter de presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI visitó la CTM, el anciano líder se equivocó de apellido y dijo que estaba con ellos “el señor diputado Manlio Fabio Beltrán”. Presencié el video de dicho episodio, donde se nota que alguien por lo bajito le dice al vetusto político el apellido de Manlio Fabio y el decrépito personaje vuelve a decir: “Manlio Fabio Beltrán”. Fue hasta la tercera vez que captó el apellido correcto y entonces ya se refirió a Manlio Fabio Beltrones. “¡Ése es nuestro amigo¡”, “Hay que hacerle caso porque tiene experiencia y tacto para hacer política”, ordenó el rancio dirigente a los trabajadores acarreados para la ocasión.

Libro Guinness de los Récords

Apenas se enteró de la reelección de su antiguo y adorado jefe, el Sindicato Nacional de Lamehuevos y Conexos al que me referí al principio de este escrito se movilizó para presentarse ante el comité del Libro Guinnness de los Récords, cuya sede está en Nueva York, para registrar al señor licenciado don Joaquín Gamboa Pascoe como el líder sindical más veterano del mundo, cosa que fue muy fácil de comprobar.

Acostumbra la institución editora del afamado libro, luego de probar que el candidato que se formula tiene el récord, cobrarle al proponente la cantidad de 10,000 dólares más el viaje y los viáticos del verificador que dará su aval sobre la existencia del récord y que entregará el documento correspondiente. El sindicato de etcétera, etcétera ya mencionado cumplió con lo establecido y organizó una gran fiesta para que su añejo cabecilla festejara y recibiera el documento de la marca que impuso mundialmente.

A la fiesta, el líder fósil se presentó elegantemente vestido, con uno de sus relojes de más de 70,000 dólares, oliendo a perfume desde dos cuadras antes y perfectamente bien maquillado. (Sus malquerientes dicen que el longevo amo y señor de los trabajadores para maquillarse utiliza los servicios de un taxidermista).

Acompañaban en la mesa de honor del festejo, con motivo de la gran hazaña lograda por el experimentado dirigente, la plana mayor del Comité Ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de la República Mexicana, el brazo obrero del PRI, aunque sus dirigentes tienen la cola tan larga y tan sucia que le rindieron honores a los dos gobierno federales del PAN y a sus respectivos presidentes.

Ya en plena fiesta, el aval de Guinness entrega el certificado a Gamboa Pascoe, que agradece con un discurso en el que vuelve a dar muestras de que a los 93 años la capacidad de discernimiento es susceptible de fallar: “Queridos amigos, agradezco el récord al que me hice merecedor por ser el introductor de los hornos de microondas al país. Este reconocimiento junto con los demás récords impuestos por nuestra nación como la creación de la enchilada más grande del mundo; el mayor número de personas bailando como Michael Jacksonel; los más de 300 mexicanos disfrazados de pitufos; el megabeso del Zócalo de la ciudad de México y la represión a la corriente democrática de Rafael Galván, de la cual soy responsable, engrandecen a México”.