Habrá que estar atentos a cualquier intento de la 4T de apropiarse del INE, del Banco de México o de cualquier otra institución autónoma, para detenerla a tiempo
A LA OPOSICIÓN:
+Debacle: desastre, catástrofe,
calamidad, ruina.
Diccionario de la Real Academia
Me pregunto si la 4T ya está satisfecha. Ya tiene bajo su control a los tres Poderes de la Unión; aun cuando le falta la disciplina institucional que caracterizó al PRI en sus tiempos de partido hegemónico, harán cualquier cosa, la que sea, para mantenerse en el poder.
En la Cámara de Diputados las disidencias no son mayores; más bien lo que les falta es cuidar las formas para que su obediencia no sea tan burda. Me explico: el Ejecutivo puede enviar una iniciativa y los legisladores no se atreven a cambiarle ni una coma. Si de veras quieren cuidarle las espaldas a la presidenta Sheinbaum deberían analizar a profundidad las iniciativas y, en su caso, pulirlas, mejorarlas en función de los objetivos que persigue.
En el Senado las cosas no fluyen con tanta tranquilidad. Entre que tienen que comprar unos cuantos votos, que don Adán Augusto López sigue volteando a Palenque y que Gerardo Fernández Noroña despliega un protagonismo enfermizo, los asuntos suelen tener salidas en falso.
Y bueno, señores de la oposición, a partir del 1º de septiembre la 4T controlará el Poder Judicial. Nadie puede creer que fueron espontáneos y libres los votos en favor de los candidatos triunfadores a ministros de la Suprema Corte de la Nación. Los aspirantes ganadores son los mismos que aparecen en los famosos acordeones que quién sabe quién mandó imprimir. Si gastaron de más en sus campañas, tal como lo señala el Observatorio Electoral Judicial, dudo mucho que el INE les retire el triunfo y mucho menos el Tribunal Electoral, el cual de tiempo atrás está cooptado.
Todo indica que Hugo Aguilar presidirá la Corte y no será una mujer como lo sugirió la presidenta Sheinbaum, pues la Constitución no distingue por géneros si no por quien haya obtenido el mayor número de votos. El caso de Aguilar es curioso. Supongamos que posee los méritos necesarios para llegar a ser ministro, pese a no contar con carrera judicial; el punto es que nadie lo conocía antes de las elecciones y sí estuvo su nombre en los acordeones. No me trago la versión de que hizo su campaña apelando a los grupos indígenas y de ahí su triunfo; lo cierto es que Aguilar posee un atributo muy explotable políticamente hablando: su origen indígena.
Además de la Corte, será relevante quién llegue al Tribunal de Disciplina Judicial, pues desde ahí 15 magistrados jalarán las orejas a los jueces que no bailen al son que la 4T toque. Estos magistrados serán como el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, desde donde se tutelará la integridad de la doctrina cuatroteísta. Baste recordar que, de acuerdo con la reforma, si un juez es reconvenido, no tiene espacio para su defensa; como que a los legisladores se les olvidó el principio de que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, máxima esencial del Derecho y la justicia.
Al momento de escribir estas líneas y con el 61.4% de las actas computadas, de los candidatos que van a la cabeza, la mayoría proviene de las listas del Poder Ejecutivo, tanto hombres como mujeres. Así que no hay dudas de cómo procederán a la hora de dictar doctrina.
Como bien ha expresado Jesús Silva Herzog estamos frente a una 4T de carácter revolucionario, pero no en el sentido progresista de la palabra, sino en el sentido de destruir lo existente para implantar nuevas estructuras, no bien pensadas, pero nuevas. Con lo hecho hasta ahora, ¿tendrá suficiente?
Lo dudo.
Falta el INE, institución que estaba en el Plan C lopezobradorista; recordemos que la propuesta era un organismo tipo Frankenstein, el cual pasaría a depender -como en los tiempos del PRI- del Poder Ejecutivo, pero los consejeros serían electos por voto popular. Independientemente de que haya recursos para realizar una elección dizque popular, me pregunto si la 4T está dispuesta a revivir las protestas ciudadanas que la propuesta provocó o si están confiados a que ocurra lo mismo que con la Reforma al Poder Judicial; es decir, que no hubo mayor resistencia.
Otro órgano que les falta es el Banco de México. No es que a la 4T le pudiera interesar una elección popular de los miembros de la Junta de Gobierno, lo que les atraería serían los 230 mil 300 millones de dólares que tiene en reservas internacionales. Hasta ahora, esas reservas no se pueden distraer para ningún otro propósito, pues sirven como una suerte de “colchón para la economía mexicana frente a choques externos y mantener la estabilidad económica” y controlar la inflación (Banco de México). Cuántas megaobras o tarjetas del bienestar se podrían financiar con esos recursos, aunque después México se esté tronando los dedos.
Habrá que estar atentos a cualquier intento de la 4T de apropiarse del INE, del Banco de México o de cualquier otra institución autónoma, para detenerla a tiempo. Porque la 4T no tiene llenadera.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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