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¡Hola de nuevo!

Hoy te tengo más ideas y puntos de trabajo para seguir ordenando tu cartera y cuidando tu dinero. Hablaremos de nuestra relación con el dinero.

A veces creemos que si no estamos bien económicamente no estamos bien personalmente. Yo pienso lo contrario: si estamos bien personalmente entonces nuestra cartera estará bien también.  ¿Tú que piensas? Cuéntame por Twitter @MarijoCodesal

Tratemos de entenderlo.  Te planteo algunos problemas que tenemos y que estorban para nuestro bienestar económico y personal.

Problema 1.

No hablamos de dinero.  

Bueno, hablamos nimiedades como: ¡qué caro está todo! o, ¡esta blusa me salió baratísima!  Hablamos de cosas que, la verdad, no impactan mucho nuestra relación con el dinero. ¿Será que nos da miedo o vergüenza?

No hablamos entre amigos ni con la pareja de dinero.  No nos hacemos preguntas como: ¿estás ahorrando para tu retiro? ¿qué experiencia has tenido con esta u otra aseguradora?  ¿Tienes un presupuesto personal?  Y la que nunca de los nuncas harías y mucho menos a una pareja es ¿cuánto ganas?

¿Te imaginas estas conversaciones? Seguro que si alguien las inicia va a ser tachado de interesado y si es mujer, mucho peor, por aquello de los estereotipos.

Uno de los principales problemas que nos estorba para crecer es es que no hablamos de dinero con nadie. No hablamos de nuestros hábitos de consumo, de nuestras deudas y, por consiguiente, tampoco recibimos consejo de cómo salir de deudas ni aprendemos nuevas estrategias para hacer crecer nuestro dinero o tener un retiro digno.

Como no hablamos de dinero, realmente no sabemos si somos buenos administradores de nuestros recursos o si lo hacemos pésimo.

Hay gente muy creativa que tiene grandes estrategias.

Les cuento una experiencia.

En un taller que di, hace unos meses, una señora de unos 40 años tenía una estrategia de lo más hábil:  cada año, un mes antes de tener que pagar anualidad por su tarjeta de crédito, liquida su saldo y cancela su tarjeta.  Pasan 15 días y vuelve a solicitar una línea de crédito.  Es algo muy simple, pero a ella le ha funcionado cancelar su tarjeta de crédito para esquivar las anualidades.

Pero nunca platicamos de esas cosas.

Problema 2

Nos comparamos en los aspectos equivocados.

No nos comparamos en el accionar, solo nos comparamos en el tener.  Es típico encontrar gente con unos súper sueldos y unas mega deudas.  O gente que tiene un sueldo un tanto austero pero que lo ves viajando y no le falta nada.  Mucho del problema es que comparamos si alguien viaja y yo no. O si alguien tiene “x” o “y” auto o casa en cierta zona y yo no.  Pero realmente no sabemos si esas “ventajas” que son por una buena administración o haciendo un pozo inmenso de deudas.  Porque no hablamos de dinero.

Así que si nos estamos comprando y queremos llevar un ritmo de vida que realmente no podemos pagar solo nos estamos disparando en el pie. Estamos minando nuestra tranquilidad financiera de hoy y además nuestro futuro.

Problema 3.

La desorganización

Muchas son las personas atrapadas en la desorganización. Solo hace falta ver tus espacios (tu cuarto, tu oficina, ¡tus cajones!) para saber si eres organizado o no.

Manejar el dinero puede ser como los malabares, mientras más pelotas en el aíre más posibilidades hay de perder el ritmo.

Realmente la cantidad de ingresos no importa. Ni tampoco la cantidad de deudas. Se puede estar malabareando todo eso.  El problema surge cuando estamos muy desorganizados y perdemos de vista el balance.  Cuando dejamos de aplicar la regla más fundamental de las finanzas personales: no gastar más de lo que entra a las arcas. Perdemos el ritmo cuando empezamos a hacer cuentas mentales, a abusar de los meses sin intereses o del famoso “compro y luego pago”

Si somos desorganizados con nuestros dineros lo más probable es que vivamos perpetuamente endeudados.

Problema 4.

No sabemos cómo estar bien con lo que tenemos.

Este es un tema más psicológico que económico, pero de verdad que todo está muy ligado.  A todos nos pasa que al compararnos en el tener nos muele un poco la autoestima. Podríamos mejor dejar esas comparaciones de lado y agradecer todas las bendiciones que tenemos además de ser más proactivos en el hacer.

Para estar bien con lo que tenemos urge dejar de ver a los demás, dejar de compararnos, dejar de perseguir cosas que nos den felicidad efímera y ponernos manos a la obra en conseguir las que nos dan paz a largo plazo. –Como ahorrar, por ejemplo. Les dejo la notita-

Hagamos un pequeño ejercicio: imagina el mejor lugar del mundo para ti, donde te sientes feliz, sin preocupaciones contento, en paz.

¿Cuesta dinero estar ahí?

Si cuesta dinero haz el cálculo de cuánto.  Y la siguiente pregunta para ti sería, ¿por qué no estás ahí?

Este lugar “imaginario” no tiene que ser un estado permanente, puede ser un momento del día.

Muchos de nosotros valoramos un montón de cosas que no tienen que ver con el dinero, como el abrazo amoroso de nuestra pareja, o la sonrisa de los niños.  Incluso una rica tarde con buena música y amigos.

Entonces, ¿por qué nos metemos el pie?  ¿por qué de repente el dinero es tan importante?

Estarás de acuerdo conmigo en que el trillado dicho de que “el dinero no da la felicidad” es completamente cierto, siempre y cuando tengamos nuestras necesidades cubiertas. Pienso que para la mayoría de los que leen esta opinión, lo están. Entonces, ¿por qué no podemos estar bien con lo que tenemos y siempre queremos más? ¿Cuáles son las cosas que te generan bienestar? ¿Dependen del dinero? ¿En qué medida?

¿Dónde crees que sea el punto de equilibrio entre bienestar económico y bienestar personal?

¿Tal vez te preguntes cuál es la mejor parte?

Que reconocer dónde está tu balance, el equilibrio entre estar bien económicamente y el bienestar personal ajusta las velas para llegar a cumplir nuestras metas financieras, nuestra paz y tranquilidad futuras.

No dejes de enviarme tus dudas, preguntas e intereses a [email protected]. También podemos seguir esta conversación por las redes sociales. Aquí hay una oreja y una compañera para viajar al fascinante mundo de las finanzas personales.