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¿Vivir 100 años es un privilegio? Sí, siempre y cuando se hayan atesorado experiencias enriquecedoras, éxitos, fracasos, aciertos y errores, amén de formar una familia integrada -una esposa y ocho hijos- y lograr el ascenso a la más alta cumbre del poder y ejercerlo.

Un centenar de años cumple hoy el licenciado Luis Echeverria Álvarez, quien fuera presidente de Mexico de 1970 a 1976.

Es el político mexicano más longevo de nuestra historia cuya bandera fue “el nacionalismo revolucionario”, con su lema “arriba y adelante”, sin duda ocupa varios tomos escritos y otros por escribir a cerca de su quehacer político.

Don Luis Echeverria Alvarez, hombre híperactivo, de complexión robusta, adicto al ejercicio físico como el tenis, la caminata y la natación, hoy conserva la disciplina de la lectura, el cine y el buen comer.

Hoy, al cumplir 100 años de edad, degustará al medio día una dieta ligera, pero muy mexicana: sopa de fideo , caldo tlalpeño y are con queso, de bebida agua de jamaica .

El licenciado Echeverria se conserva bajo vigilancia médica dada su avanzada edad, pero no abandona la lectura, sobre todo la que tiene que ver con la historia y acontecer de México.

Cuando cumplió 98 años escribí algunas líneas recordando que, cuando fue presidente de la República, apadrinó mi generación de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la UNAM, y cuando preguntó que cuantos anillos de graduación se necesitaban, yo le respondí que ninguno, que le agradeceríamos más, si acrecentaba el acervo de la biblioteca de la Facultad de Ciencias Políticas; sobrio y dijo: “no me lo esperaba, eso saldrá más caro pero cumpliré”, y así fue .

Con ese motivo, recibí entonces con enorme sorpresa una llamada de Benito Echeverria, quien luego de saludarme me dijo: “aquí te voy a pasar a alguien que te quiere saludar”. De inmediato escuché la voz fuerte e inconfundible del licenciado Luis Echeverria; -respiré profundo, pues me sorprendió sobre manera -, me saluda y fin más me dice; “a nombre de mi familia y el mío, te quiero agradecer lo que has escrito en estos días”. No niego que me emocioné al escuchar la voz de ese hombre que había conocido como secretario de Gobernación, luego como presidente y después como amigo.

Con voz contundente me pide que vaya a verlo, que está en Cuernavaca – en su cada de Los Laureles-, y yo ponga la fecha, a lo que contesto, de ninguna manera usted indíqueme cuándo y ahí estaré. Finalmente acordamos que el viernes 6 de marzo a las 12.

En esas fechas él ya no recibía visitas por la pandemia, pero habiéndome llamado, acudí a la cita con una gelatina de maracuyá y un libro a cerca de mi paisano Pancho Villa en mano.

Este hombre hecho leyenda me recibió con una sonrisa, voz fuerte y mirada intensa, que a través de sus antiparras, sus ojos parecían atravesar los míos; era el Echeverria de siempre, ataviado con guayabera de lino blanco impecable, pantalón beige y zapatos café, resaltaba su personalidad erguida y fuerte como su voz .

Me recibió en su recámara, con ventanal de pared a pared con vista a una terraza que remataba con un enorme árbol de magnolias, blancas y brillantes.

Don Luis Echeverria Alvarez se casó con Doña María Esther Zuno Arce, procrearon ocho hijos. Ella falleció el 4 de diciembre de 1999.

A la fecha, Don Luis lleva un marcapaso, ha superado varías neumonías y en un viaje que hizo a China en 2002, fue a comer a un mercado – cómo le gustaba-, y contrajo un virus “ Sars”, que lo llevó a diversos tratamientos sin saber de que se trataba hasta que lo superó .

Hoy en día no recibe visitas, a pesar de contar con las dos vacunas y el refuerzo, que por cierto, acudió en silla de ruedas e hizo fila para recibir la vacuna como cualquier persona en el Estadio de Ciudad Universitaria . El rechazó que lo fueran a inocular en su domicilio, argumentando que había muchas personas que realmente necesitaban ese servicio en casa.

Vuelvo al día que me citó en Cuernavaca; era un día soleado, llegué puntual y luego del saludo, de tajo me dijo: “ a nombre de mi
familia y el mío te quiero agradecer lo que has escrito de nosotros, sí, de todo, de tu amiga María Esther, te lo quería agradecer personalmente , “ya me voy a morir ya tengo 98 años y no quería irme sin agradecerte”.

Insistió en dos ocasiones:

“Ya en unos días me voy a morir” y apuntaba con su índice derecho hacia la terraza con el árbol de magnolias al fondo.
Sus palabras aún me retumban en los oídos, su hijo Pablo quien estaba sentado en una cama, atendía en silencio las palabras de su padre .

Cien años, ¡cuánto se acumula en ese tiempo!.

Siendo presidente, Luis Echeverria inserto a México en el mundo, al tiempo que innumerables jefes de Estado y de gobierno visitaron nuestro país y en todas las recepciones de servías manjares nacionales .

Llegaron a criticarlo por servir platillos como escamoles, flor de calabaza y huitlacoche, cuando hoy en día muchos de estos menús forman parte de la alta cocina gourmet en el mundo .

Estas delicias degustaron : la reina Isabel II, Francois Mitterrand, Valery Giscard D estaing, el rey Juan Carlos de España y el Shá de Irán, entre otros .

Al término de su mandato el licenciado Luis Echeverria representó a México ante la UNESCO, ante Nueva Zelandia y Australia.

Como presidente elevó a nuestro país como líder del tercer mundo, acudió a numerosos foros internacionales, lo que le valió a México, ocupar un lugar de liderazgo en America Latina y de amplio respeto en el concierto de las naciones .

Echeverria fue un presidente interesado en la no proliferación de las armas nucleares, política que fue instrumentada por el canciller Alfonso Garcia Robles, quien luego fue galardonado con el premio Nobel de la Paz.

Hoy al cumplir 100 años de edad, Don Luis Echeverria Alvarez goza de absoluta lucidez, memoria clara, informado y continúa cultivando sus aficiones como el cine y la literatura.

Desde ese encuentro en su casa de Cuernavaca  no lo he vuelto a ver debido a la pandemia, pero sí lo he llamado para saludarlo, sobre todo en fechas especiales y siempre me contesta con amabilidad y cariño; hoy lo felicitaré a través del zoom, igual que sus descendientes que viven fuera de México.

Hoy será un día de alegría para Don Luis pues recibirá la felicitación de sus hijos: María del Carmen, María Esther, Pablo, Benito, Adolfo, de sus 20 nietos y 5 bisnietos .

Sin discusión, Luis Echeverria Álvarez es un hombre que ha caminado de la mano de la historia.

Licenciado Luis Echeverria Alvarez: ¡Felicidades por siempre!

¡Digamos la Verdad!

De la mano de la historia - n