Elecciones 2024
Elecciones 2024

Si las reformas electorales se pensaron para mejorar la calidad de las campañas políticas, podemos estar totalmente insatisfechos, lograron el efecto contrario o al menos no detuvieron ese deterioro que han sufrido; habrá quien diga que así han sido siempre las campañas, pero no, yo he visto prácticamente todas las campañas federales y estatales desde 1989 y la de este año les gana con creces en pobreza de propuestas y exceso de negatividad, alimentaron más los odios que las afinidades; personalmente, creo que hay muy pocas cosas que aprender en términos de mercadotecnia política, tal vez algunos destellos de ocurrencia en los debates, uso indiscriminado de canciones sin mucho sentido, exceso de ciberactivistas que creen que inundando la red de mensajes y repeticiones y ataques a quien no piensa como ellos pueden subir a un candidato. El resto, lo mismo.

Cada campaña tiene una característica como elemento distintivo; así, el 2012 fue la aparición de las redes sociales que plantearon un nuevo campo de debate; en el 2015, tal vez todos recordemos las filtraciones, las grabaciones, los videos, ya no nos importa mucho el origen de ellos, ya no nos importa que la grabación evidencie que todos están o estamos siendo espiados, lo importante es que, tomada en el momento preciso, una fotografía, audio o video puede significar una gran ventaja para quien ha realizado el espionaje y así lo vimos, espionajes de todos colores y contra todos los colores, pero con una muy evidente función: la gran mayoría se refería a políticos o gobiernos donde había elecciones locales, no tocaban al resto de las 16 entidades, esas no importaban por ahora, pero seguro existen y nos los administrarán para conocerlos en sus comicios.

Quien piense que quien espía lo hace de buena voluntad para destapar corruptos debería ahora pedirle que nos dé a conocer a todos los que tenga, ya que mientras no lo haga, permite que se sigan cometiendo actos de corrupción y, por ende, es ahora cómplice; pero no, el que graba no pretende destapar corrupciones, el que graba pretende obtener ventajas personales y ésas las obtiene en las elecciones, algunos políticos ya piensan en que la rentabilidad es mayor con un buen espía que con un buen estratega, lo que es falso. Por lo pronto, aviso a los gobiernos y futuros candidatos de 13 estados del país en el 2016 que ahí les vienen sus grabaciones.

Siguiendo con el tema de los espionajes, creo que no hemos dimensionado el problema; hoy nos damos cuenta, después de varias filtraciones, que desde hace años están siendo espiados: diputados, ciudadanos, senadores, periodistas, funcionarios, gobernadores, empresarios, autoridades electorales y, seguramente, los que se nos ocurran, todos aquellos que puedan significar alguna ventaja económica, política o personal; pensemos en quien graba más que en a quien graban, ¿qué pretende al espiar?, ¿le importa que se limpie el país de una clase corrupta? Creo que no, creo que su único objetivo es sacar ventaja de todo tipo, así puede enterarse de decisiones de Estado, de concursos, de movimientos de tropas, de nuevas leyes en proceso, de alianzas empresariales que muevan la Bolsa de Valores; tiene información privilegiada que le da ventaja sobre el resto de los ciudadanos y sobre el Estado mismo; por ende, el problema ya no es simplemente de delincuencia, al grabar conversaciones sin autorización, ya es un problema de seguridad nacional, que el Estado debe atender. Bien se verá el día en que nos presente a las bandas que se dedican a espiar.

Otra característica de esta elección es el ciberactivismo. Cada candidato tenía hordas de simpatizantes contratados y otros muchos espontáneos convencidos, que durante todo el día se dedicaban a cuestionar a los de sus opositores, a inventar o a reproducir datos verdaderos o falsos que pudieran ayudar a su preferencia, incrementar la de por sí ya fuerte polarización en las redes sociales. Pero el efecto de este fenómeno en el 2015 fue menor que en el 2012, en aquel entonces crearon el movimiento más importante y característico de esa elección #YoSoy132.

Hoy pelean por hashtags que no generaron el mismo interés, creo que las redes están madurando y que los políticos aún no entienden que es un medio horizontal difícil de manipular y que, al igual que en otros medios, lo importante es el contenido.

Por lo pronto, repito que esta campaña no enseña mucho, algún spot, algún debate, alguna canción, alguna estrategia, nada muy creativo y sí muchas violaciones a la ley electoral, incluso violaciones para demostrar que otros la violaron antes.

Por cierto, ya inició la carrera presidencial para el 2018, pero esa es otra campaña, muy larga por cierto.