Elecciones 2024
Elecciones 2024

La crisis internacional abierta para que Maduro abandone el poder (por usurpar la presidencia en elecciones sin candidatos opositores) arranca hoy con el dominó diplomático completamente planteado:

—México lidera a Uruguay (y los países del Caribe que viven del petróleo regalado por Maduro) en una propuesta de diálogo encaminada a propiciar que la dictadura gane tiempo (como en 2018) y pueda aplacar las protestas en los barrios, repartiendo víveres que le faciliten sus aliados.

—Europa reconoce a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela de forma “expresa y clara”.

—Washington mantiene congelados los fondos petroleros de Maduro en Estados Unidos, ascendentes a unos siete mil millones de dólares

—Hoy se reúne en Ottawa, Canadá, el Grupo de Lima, integrado por las potencias latinoamericanas, las cuales, con excepción de México, reconocen a Guaidó.

—Guaidó redobla la presión internacional y las movilizaciones populares, ya convertido en un exitazo de comunicación política, a pesar de que el dictador prohíbe a los medios (dos del Estado, pues ya no hay medios libres en Venezuela) mostrar sus discursos y grandes concentraciones de seguidores.

El papel del gobierno mexicano en la crisis (al defender a un dictador que va de salida) permite atisbar que su jugada va dirigida a convertirse en líder de los países más pequeños de la región, una vez que se queden sin refaccionador tras la presumible caída del gobierno chavista.

Se trata de una miríada de naciones sin gran peso económico, pero que representan votos en la OEA, sin los cuales el chavismo habría estado aislado hacía muchísimo tiempo en el concierto diplomático latinoamericano, pues siempre votaron a su favor a cambio del flujo de petróleo gratis.

Se trata, entre otros, de Antigua y Barbuda, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas y Surinam, adonde llegan 400 mil barriles diarios desde Venezuela.

En total, son 17 países de Centroamérica y el Caribe, alineados en el convenio “Petrocaribe”, inventado por Chávez para exportar su Socialismo del Siglo XXI a esos países. El negocio con Cuba es aparte: unos 100 mil  barriles diarios, a cambio de servicios deportivos, médicos y de inteligencia militar.

Sin la manutención energética diaria de Venezuela, esos países quedarían de manera natural bajo la influencia de México, cuyo régimen político tiene simetrías con el chavismo, en especial por énfasis en el clientelismo político basado en el regalo de recursos económicos.

Aunque ya los lidera en la coincidencia diplomática de obtener un diálogo que le permita un respiro a Maduro, a sabiendas de que, si en algo ha demostrado el chavismo ser formidable, es en la capacidad de resistencia…

Del manual cubano de plaza sitiada.