Elecciones 2024
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Tengo más de dos años explicando en conferencias y en entrevistas las razones globales de la corriente antisistémica, sus fuertes peligros y los posibles efectos positivos a largo plazo; quienes han asistido a las conferencias recordarán que explico por qué debemos fortalecer las instituciones, respetar la democracia y dejar de buscar héroes, y todo eso sin dejar de negar que el sentimiento tiene una gran justificación: gobiernos insensibles, corrupción, impunidad, complicidades con el crimen organizado, discursos acartonados, gobiernos excluyentes, liderazgos creados y muchos otros fenómenos que vemos casi en cualquier gobierno del planeta y en todos los niveles.

Así han surgido y triunfado en Grecia, España, Guatemala y Estados Unidos, por ejemplo; la impunidad y la falta de resultados tangibles han sido los detonantes y aunque hay quien argumenta que esta situación es histórica, hoy vivimos un momento en que los teléfonos inteligentes se han transformado en un canal de comunicación que difunde sin control verdades y mentiras, donde las fake news conviven con información validada, donde las opiniones infundadas pero estruendosas y populares sobrepasan cualquier argumento racional, y por ello, no porque haya políticos diferentes, es que hoy el ciudadano en el mundo es atraído por esa doctrina que borda por momentos es la antidemocrática y hasta en la anarquía.

En México, el año pasado estimé en 31% ese grupo que rechaza toda institución, superior al porcentaje que tenía por sí solo cualquier partido político.

Pues bien, en días recientes vivimos en poco tiempo tantas noticias negativas que era difícil decidir cuál era la peor, pero todas apuntaban a dar la razón al sentimiento antisistema. Veamos:

  1. Descubrimos que las cárceles ni castigan ni rehabilitan, que son refugios de delincuentes y que ellos las controlan, vimos fugas de presos importantes en Sinaloa y Tamaulipas, motines con muertos y heridos en Nuevo León y Quintana Roo, y las autoridades en general ausentes, nos volvieron a recetar el término “autogobierno” para justificar que hay cárceles donde los que gobiernan son los presos. ¿Cómo confiar en las cárceles?
  2. De nuevo un exgobernador es acusado y está prófugo, con César Duarte tenemos ya en este momento cuatro exmandatarios estatales presos y cuatro prófugos, además de muchos otros investigados. ¿Se requiere dejar de ser gobernador para que los persigan? ¿Se puede confiar en los actuales gobernadores?
  3. En el senado de la República, los miembros de la bancada del PRD mantuvieron sus diferencias y sus acusaciones y terminaron dividiéndose, dejando a un grupo original de más de 20 senadores en sólo ocho; ellos tienen la libertad de hacerlo pero ¿a qué votante representan ahora, al que los eligió como miembros de un partido o al que ellos ven ahora como su futuro político? ¿Podemos confiar en que nuestro voto por un partido será respetado por los legisladores electos?
  4. En la Cámara de Diputados, ante la muerte de uno de ellos, se presentó su suplente a tomar protesta, pero la persona que pretendía ser nuevo diputado tiene una investigación por peculado en curso; sus compañeros de partido, del PRI, lo protegieron, trataron de llevar adelante el trámite con el que obtendría fuero, al final no pudo. ¿Para eso es el fuero? ¿Le importa a los diputados más el cumplimiento de las leyes que sus intereses partidistas? ¿Se puede confiar en los diputados?
  5. El fiscal de Nayarit, que destacadamente había disminuido los índices delictivos del estado, es detenido en EU acusado nada más y nada menos que de tráfico de drogas, el encargado de combatir al crimen organizado en ese estado era parte de él, la persona que representaba al estado en las reuniones de seguridad nacional y que por ende tenía información delicada, formaba parte de la delincuencia. ¿Podemos confiar en los procuradores y fiscales estatales?
  6. A una excandidata presidencial envuelta en escándalos de lavado de dinero de familiares cercanos, Josefina Vázquez Mota,nunca la acusaron pero sí la atacan con ello. Aquí son dos cosas distintas: ¿es real el delito y en ese caso es totalmente ajena? ¿Se está usando la información judicial con motivos partidistas? y al final, ¿en quién confiar?
  7. Un expresidente Calderón y un exgobernador Moreira, que convivieron en el poder del 2006 al 2011, enfrascados en una guerra de bajo nivel, muchas palabras para ofenderse y acusarse y nulas pruebas concretas más allá de las percepciones o recortes periodísticos, pero en campaña electoral levantan a sus seguidores y seguramente sirven o no lo harían. ¿Por qué no dijeron lo que sabían cuando co-gobernaban el estado en el que hoy se enfrentan? Si tienen pruebas, ¿por qué no van a las procuradurías en lugar de hacer campaña con lo que saben?
  8. Un juez en Veracruz falla a favor de un presunto violador que así está a punto de obtener la libertad, el juez es posteriormente suspendido pero queda la duda sobre la probidad de los jueces. ¿Podemos confiar en la impartición de la justicia?
  9. En varios estados, Baja California Sur, Sinaloa, Veracruz y destacadamente Chihuahua hay agresiones a periodistas, particularmente en el último estado muere una reportera y cierra un diario. ¿Es posible hacer periodismo?

Y mientras todo esto pasa, sigue sin salir la Ley de Seguridad Interior y sin normarse un fiscal anticorrupción, dos cosas que debieron haber salido desde hace tiempo.

Coincido con un gran pensador, Enrique Krauze, en que tanto las instituciones como los ciudadanos terminarán dándose cuenta de que el camino no pasa por una persona o por la destrucción de lo construido, se requiere mayor participación para combatir los abusos del poder y más presión para que las instituciones no sean simples apéndices de los gobiernos, y reitero mi convicción de que la democracia es el único lugar en el que quiero vivir.