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Al aceptar el retorno del programa migratorio trumpista de 2018 “Quédate en México”, el gobierno mexicano dio ayer el primer paso para quitarse de encima los aranceles del 25% que anunció el presidente estadounidense, a partir del 1 de febrero.

Explicó la presidenta en su Mañanera:

“Quédate en México existe desde diciembre de 2018 (cuando empezó a gobernar López Obrador). Como somos humanitarios, aceptamos que Estados Unidos devuelva a los migrantes y buscamos repatriarlos a sus países: nos vamos a dejarlos ahí a la intemperie”.

O sea, empezó a negociar con Trump con la misma herramienta de su antecesor: aceptar a los deportados del país que sean, a cambio de que los aranceles no dañen a la economía mexicana, pues del comercio con EU dependen los programas sociales.

La jugada: el intercambio comercial con EU deja 300 mil millones de dólares a la economía mexicana y, a la vez, arropa con el sello humanitario el recibimiento de millones de migrantes en México. “Donde comen dos comen tres”, decía López Obrador.

Pero es una jugada hechura de López Obrador, quien, a diferencia del gobierno de Enrique Peña, aceptó, desde su periodo de transición, que Trump le metiera migración y economía dentro del mismo saco en las relaciones bilaterales.

Y comenzó a negociar rápido el “Quédate en México”: en noviembre de 2018, Olga Sánchez, quien sería su titular de Segob, dijo al Washington Post que había acordado con EU que los solicitantes de asilo esperasen aquí mientras allá evaluaban sus casos.

Además, quien sería el subsecretario de Gobernación, Zoé Robledo, dijo a Reuters que a los migrantes que fueran devueltos a México, se les ofrecerían empleos en las maquiladoras. Y “tendrán visas de trabajo”, anunció el presidente electo.

Después, Olga Sánchez negó haber dicho a The Washington Post lo que The Washington Post publicó, aunque admitió que “a la mejor se me salió la palabra de tercer país seguro. Y, sí, entonces “Quédate en México” se llamaba “Tercer País Seguro”.

Luego todo entró en dimes y diretes: Trump y su secretario de Estado Mike Pompeo dijeron que doblaron a Ebrard para que México dislocara 28 mil soldados en la frontera, a cambio de no imponer 30% de aranceles al acero mexicano.

Pero, un brete político más o un brete menos, el hecho puro y duro es que al aceptar el “Quédate en México” y tratar de reflotar la economía durante su mandato, Sheinbaum arrastra otra decisión de López Obrador.

López Obrador sabía que su programa económico sería un desastre (cancelación del NAIM, programas clientelares de gasto demenciales, obras faraónicas) y que dependería absolutamente del comercio con EU: hizo concesiones a Trump antes de asumir el poder.

Pecado original, se llama eso.