Elecciones 2024
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Mientras Andrés Manuel López Obrador, próximo presidente de México, toca la campana para hacer su “primera llamada” y convocar a que los ciudadanos se preparen para responder el 18 de octubre la consulta popular, para ver si se construye o no el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM); el actual mandatario Enrique Peña Nieto, en voz baja dice: “mea culpa” por los errores que ha cometido durante su sexenio que expira.

“Me arrepiento de haber involucrado a mi esposa en el caso de la “Casa Blanca”; yo debí haber asumido el caso”, confiesa Peña Nieto en la entrevista que le hizo Joaquín López Dóriga ayer en su programa de noticias.

Frente a un número millonario de radio escuchas y televidentes, el actual presidente solo asume la vergüenza por haber lanzado a su esposa a dar la cara y no haber enfrentado un problema que era suyo.

En ningún otro tema que retrate su incompetencia, error, ignorancia o desliz se disculpa.

Hace unos días solo pidió perdón en general a los mexicanos por los errores que hubiera cometido…

Al Presidente de la República se le pasó resaltar el caso Ayotzinapa, llevado a la ignominia por la PGR -aun cuando no se cansa de aferrarse a la “ verdad histórica”-; el gasolinazo; haber dejado obras faraónicas de infraestructura sin concluir -pero sí con anticipos multimillonarios en dólares- como es el caso del Tren México-Toluca.

Tampoco se disculpó por el agravio al pueblo de México por haber recibido a Donald Trump con estatus de visita de Estado; ni por haber podido contener la violencia y dejar un país bañado en sangre; ni por haber permitido a la Secretaria Rosario Robles desviar recursos públicos que se perdieron en el espacio político priista.

Mucho menos ofreció disculpas por no cesar a su “ hermano” Luis Enrique Miranda, entonces secretario de Sedesol por haber destinado recursos públicos para campañas electorales que, por cierto, perdieron; ni por no mandar a su casa al secretario de Comunicaciones y Transportes por sus incontables errores que conllevaron muertes humanas.

Ni se disculpó por haber orillado al entonces secretario de Hacienda José Antonio Meade a renunciar y presentarse como candidato “ciudadano” apoyado por el PRI para las elecciones presidenciales que a la sazón fueron un desastre.

También pasó por alto un mea culpa a los mexicanos del campo que dejó simplemente a su mala suerte; ni a los once millones de indígenas, muchos de ellos purgando penas en las cárceles sin que cuenten con un defensor que traduzca su lengua materna; ni por los damnificados de los huracanes y sismos del año pasado que siguen durmiendo en las calles y los que recibieron una casita el techo se les está cayendo como en Chiapas y en Oaxaca.

Sin dejar fuera a los afiliados al Seguro Popular que solo abultan las cifras oficiales, pero que no cuentan con el servicio. Y qué no decir de los deficientes servicios en las clínicas y hospitales públicos sin equipo ni medicamentos.

Los millones de adultos mayores que nunca contaron con un programa que los acogiera para darles protección médica, asistencia psicológica y una cobija tampoco fueron tema de mea culpa.

Fue curioso escucharlo -en la entrevista con López Dóriga- cuando se refiere a que su partido, el PRI se alejó de las demandas sociales, cayó de la gracia de los electores y a eso se le atribuye la debacle el uno de julio.

Hasta donde se tiene registro, el presidente de la República o sea Enrique Peña Nieto, ¿no es el “primer priista del país”? ¿Entonces a él se le olvidó gobernar para todos y con justicia social?

Tal vez Peña Nieto creyó que la República podía gobernarse igual que su estado natal, el Estado de México, y dijo: no, se trata de algo más chico, el país

Solo que Atlacomulco no es ya como muchos creían, el ombligo del mundo y por más que el presidente Peña acuda de rodillas a visitar al Señor del Huerto -patrono de su terruño- en la iglesia de su pueblo, no se le hizo el milagro.

Hay que avisarle que se acabaron los milagritos para los que allá nacieron y los que se juntan con ellos y por más que crean que habrá borrón y cuenta nueva, dicen que de crédulos está lleno el infierno …

Que lástima que después de seis años se dé cuenta de que no supieron para qué sirve y cómo se hace la comunicación social, pues habrá que recordarles que lo malo también cuenta.

…. Y Andrés Manuel López Obrador sigue llamando, no a misa, sino a que piensen bien antes de votar por la construcción del nuevo aeropuerto o que de plano se cancele la construcción de éste…

En una próxima oportunidad nos referiremos acerca de los cuatro asuntos fundamentales que se debaten en torno al aeropuerto nonato…

Mientras tanto…

¡Digamos la Verdad!