La oposición quedó débil después del 2 de junio, de tal manera que lo que le suceda a alguno de sus partidos debilita a todos
En menos de 24 horas el villano se convirtió en héroe y el héroe en villano. La política impone criterios y escoge sus propios protagonistas. Cuando la bancada panista intentó volcarse contra los Yunes, Linares y Márquez, una nueva fuerza política surgía para blindarlos del acoso de los intransigentes.
De los 43 integrantes de la oposición en el senado, 42 no necesitaron leerla, su desconocimiento saltaba a la vista con tan sólo escuchar su discurso. No necesitaban leer la iniciativa simplemente necesitaban rechazarla, y para eso no se requiere del conocimiento de su contenido. La falta del hábito de la lectura es un ancestral defecto de los conservadores.
Miguel Ángel Yunes Linares supo colocar a su alrededor a los medios, los preparó para ser el centro de los reflectores y a la hora de asestar el golpe no hubo quien no estuviera al tanto de las palabras de su hijo del mismo nombre, cuando expuso sus razones para votar a favor de la reforma.
Por la mañana su padre había expuesto las razones de un voto razonado, individual, libre y con apego a la voluntad de sus representados. En ese momento, la innecesaria intervención iracunda y desesperada de Marko Cortés lo colocó como el contrincante a vencer. Los Yunes dejaron de ser traidores a México para convertirse en héroes de la nación. Traicionar al PAN es ser congruente con la historia.
Luego sucedió la toma violenta del Senado por supuestos integrantes del pueblo y representantes del Poder Judicial. No hubo mexicano que no reprobara el arribo agresivo de los juniors de la oposición destruyendo el patrimonio nacional.
La población sabe que la reforma al Poder Judicial era una necesidad de urgente aplicación y que la oposición estaba cerrada a cualquier tipo de negociación o debate de altura, y que quien votara a favor de dicho cambio se ganaría un lugar en la historia, porque la votación misma era un parteaguas en la vida política de México.
Las estructuras del Poder Judicial no se movían desde hacía más de un siglo. Los vicios en la práctica y los excesos de sus integrantes eran un insulto para la población, era urgente reparar ese agravio cuya ilegalidad tenía décadas de atraso.
Miguel Ángel Yunes fue, por unas horas, el centro de la crítica en los medios que acostumbraba a manejar el PAN y el PRI a su antojo. Poco a poco fue creciendo limpia su postura política, y disminuyendo y ensuciándose la de un Marko Cortés y un partido decadente y solitario.
Los Yunes eran una fuerza económica importante para el PAN. Los municipios más poblados de Veracruz han estado varios años en manos de su familia y la captación de inversión se concentra en esta parte con frecuencia. Los desarrollos turísticos y las cadenas de servicios guardan una estrecha relación con ellos más allá del puerto y Boca del Río.
La ira de Marko nunca reparó en ello y se volcó a expulsarlos del partido violando sus derechos elementales y convirtiéndolos en héroes más allá de la causa del enfrentamiento. Para el PAN el debate sobre la reforma al Poder Judicial pasó a ser un tema anecdótico ante el daño que le causó la salida de los Yunes, precisamente en un momento en que sus filas están carentes de militantes, tanto que está en riesgo la permanencia de su registro como partido político.
Mientras los Yunes se fortalecían dentro y fuera de Veracruz, Morena se debatía en una discusión sobre darles la bienvenida o incorporarlos a través de sus partidos aliados. Lo cierto es que la única alternativa para cambiar de partido es Morena. Yunes Linares viene del PRI y la otra opción, Movimiento Ciudadano, es un partido de padre veracruzano y nacido en la entidad, por lo que su práctica tiene pendientes viejas batallas por el territorio.
El deterioro de la imagen del PAN y su líder, sufriendo derrota tras derrota, contribuyó a hacer más grande la figura de los Yunes, quienes se aproximan al partido en el poder mostrando coincidencias. La actitud de los nuevos paladines se colocó del lado de la población y no sólo venció al PAN sino a la oposición. A partir de ese momento los únicos tres partidos de oposición vieron sus respectivas crisis crecer hasta ser incontrolables.
El PRI, con un líder que desconoce el INE; el PAN con un líder que el panismo rechaza, y MC con una de las supuestas victorias electorales a punto de tambalearse hasta producir una grave división en sus filas que podría perder el registro, también por falta de militantes.
Se repitan las elecciones en Jalisco o no, lo cierto que la división entre la gente de Enrique Alfaro, actual gobernador y Dante Delgado, líder moral de ese partido, tendrán resultados graves en su futuro. Es posible que los tres partidos desaparezcan o por lo menos uno de ellos.
Los Yunes tienen, en este momento, capacidad de crear un partido estatal prácticamente de la noche a la mañana. Hay mucha gente detrás de ellos, misma que se irán del PAN en cuanto sean expulsados oficialmente, dejando muy vulnerable su estructura, cuyo padrón de militantes no se actualiza desde el 31 de agosto de 2023. Tiempo en el que le han sucedido muchas cosas malas a ese partido.
Así pasaron los Yunes de ser repudiados a convertirse en el eje de la sobrevivencia no sólo del partido al que pertenecían, sino de toda la oposición, debilitando las fuerzas contrarias a la 4T, que a golpe de negociaciones y trabajo intenso mantienen su movimiento en pleno desarrollo.
La oposición quedó débil después del 2 de junio, de tal manera que lo que le suceda a alguno de sus partidos debilita a todos. Se ha hablado de que para que MC pueda sobrevivir de aquí a las elecciones intermedias de 2027 deberá aliarse con el PAN y el PRI, heridos de muerte, pero con membretes que pueden salvar el contrapeso político.
PEGA Y CORRE. – Se esperan en el Senado cambios de partido de panistas. De quien se habla insistentemente es del exgobernador de Yucatán, Mauricio Vila.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.