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Yo no vivo de prestado. Bueno, la verdad es que sí. Y tú también, lamento informarte. Todos los que tenemos tarjeta de crédito, algún crédito personal o de nómina, meses sin intereses o en nuestro plan de telefonía estamos pagando el celular… vivimos de prestado.

Uno de los principales riesgos de ello es no reconocer que estoy viviendo de prestado.

El querer pertenecer a cierto estatus social nos hace tomar decisiones tontas como usar coches último modelo, o teléfonos celulares de última generación, ropa de marca y otras cosas por el estilo. No importa si las debemos o no. ¿Cuántas de las cosas que tienes son realmente tuyas? ¿Cuántas de ellas todavía se las debes a alguien?

Hay 3 riesgos más fáciles de reconocer al vivir de prestado que son: quedarse sin empleo, no poder pagar, es decir, estar sobre endeudado y, sufrir algún accidente o incapacidad.

¿Cómo calcular esos riesgos?

Calcular el riesgo de un evento como enfermar o tener un accidente es realmente complejo. Lo hacen personas con preparación actuarial y para empresas como aseguradoras. Los riesgos financieros tienen otras dificultades para su cálculo y está demostrado que por más actuarios y gente preparada que exista, el cálculo de riesgo es infinitamente difícil.

No me tienes que creer, basta ver los desastres que provocan las crisis económicas o la quiebra de empresas aseguradoras cuando el riesgo está mal calculado.

Ahora. Si la gente más preparada para ello encuentra dificultades para calcular esos riesgos, con más razón, nosotros los simples mortales no deberíamos estar tomándolos sin ton ni son. Nos complicamos la vida económica sin siquiera tener en mente que estamos asumiendo riesgos.

Pero no te sientas mal. De hecho, las personas somos malas calculando los riesgos (independientemente de si estamos preparados académicamente o no) porque nos vemos constantemente influidos por nuestras emociones. Subestimamos el riesgo e ignoramos el miedo que podríamos sentir si pensamos en ello.

Preferimos sentir que controlamos todo cuando puede ser que no estemos controlando nada. Admitir que no estamos conscientes de que cada vez que firmamos una deuda estamos asumiendo nuevos riesgos requiere de humildad.

Yo lo vivo en carne propia. Realmente es muy pero muy difícil vivir libre de deudas. Requiere una convicción férrea para no volver a caer. Yo he salido de deudas tres veces. Y vuelven a aparecer. Es súper fácil caer. Pero no tiene porqué ser así. Si tú ya lo has logrado, no dejes de compartir conmigo tus trucos.

Sigamos esta conversación por twitter en @MarijoCodesal

¿Hay deudas saludables?

Yo pienso y comparto por el mundo que el crédito puede ser un gran aliado o tu peor enemigo. Obtener un crédito hipotecario pudiera ser una buena manera de comprar casa pues ahorrar para ello nos tomaría años, pero… ¿necesitamos deber la ropa que usamos? ¿los viajes que hacemos? ¿los xv años o bautizos que celebramos? Ese tipo de cosas que ya sabemos que van a pasar.

Endeudarte siempre implica un riesgo, como ya veíamos. Considerando que todo está bien, -tocamos madera- y que no vamos a perder nuestro empleo ni tendremos
ningún accidente ni nada malo nos pasará, lo saludable es no excederse del 30 por ciento de nuestros ingresos.

Organiza tu dinero

Nuestra dificultad para calcular los riesgos que asumimos con cada nueva deuda son una buena razón para mantenernos alejados de las deudas lo más posible. Dejemos de asumir riesgos sin necesidad solo por estatus y busquemos con más consciencia alcanzar nuestra estabilidad financiera.

Dejemos de obsesionarnos por ser ricos y seamos más creativos con los recursos que ya tenemos. Para ello, lo mejor es organizar tu dinero con un presupuesto y gastar lo que tienes. No ir viviendo de prestado. Te regalo una plantilla para comenzar a poner en orden tu dinero. Me la puedes pedir por correo.

A veces intuimos que estamos mal económicamente pero no podemos reconocer qué tan real es eso que sentimos. Si estás muy endeudado y quieres ayuda con ello, podemos trabajar juntos para salir de deudas. No dejes que te quiten el sueño.

¿Quieres saber la mejor parte?

Qué si reconoces y puedes evitar riesgos innecesarios, tu dinero tendrá mejor uso, lo puedes hacer crecer y tu futuro será mucho más tranquilo y prometedor.

No dejes de enviarme tus dudas, preguntas e intereses por correo. También podemos seguir esta conversación por las redes sociales. Aquí hay una oreja y una compañera para viajar al fascinante mundo de las finanzas personales.