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Hay un dicho muy conocido: “Si quieres conocer en verdad a un hombre, dale autoridad”. Se me ocurre modificar el dicho así: “Si quieres conocer en verdad a un hombre, nómbralo policía”.

Aunque hay policías cumplidores de su deber sin aspavientos, son muchos los que hacen gala de una prepotencia infinita. En esta columna he afirmado que el ciudadano común no distingue al policía federal, del ministerial, ni a éste del policía estatal o del municipal. Para el ciudadano simplemente son policías: la figura pública más desprestigiada en nuestro país.

Si usted contacta el link www.youtube.com/watch?t4T-lbwwrAeE podrá ver la forma –totalmente fuera de la ley- de “trabajar” de unos agentes ministeriales sin uniforme pero con armas que viajaban en un auto sin placas y sin insignias de alguna corporación y que con el fin de que unos periodistas no los siguieran entre Iguala y Cocula, pararon una camioneta particular, obligando a su dueño a estacionarla atravesada para impedir el paso del auto de los reporteros –uno de ellos grabó todo-. Una vez atravesada la camioneta, bajan a su tripulante, le quitan las llaves y las avientan a un baldío. No obstante, el auto de los periodistas libra el obstáculo; continúan grabando a los policías -lo de ministeriales después se supo-. En un momento dado el auto de los policías, reitero que sin uniforme, hace alto y de él bajan cuatro fascinerosos que armados se dirigen a los valientes reporteros. El que va al volante le dice a su compañero: “Sigue grabando, sigue grabando”, y éste así lo hace. Un policía grita: “Bájate”, e intenta abrir el auto a culatazos de un R15; otro se tapa la cara de la cámara con una mano. El de la cámara sigue grabando y el conductor no abre la puerta. Uno de los “policías” –en ese momento eran delincuentes- le pide, mediante un chiflido, a una patrulla de la Policía Federal que se atraviese en el camino de los valerosos reporteros.

Otro caso, en Zihuatanejo, Guerrero, www.youtube.com.watch?v-w314UfXw3Uo. El pasado 26 de octubre policías municipales detuvieron a unos niños, ya se los llevaban cuando se dieron cuenta que una ciudadana –en pleno uso de su derecho- los grababa con un celular. Los policías detuvieron su auto y entraron a la casa de la mujer, que siguió grabando aunque negó el hecho. Luego la señora reconoció que grababa y argumentó estar en su derecho de grabar a los niños. Uno de los policías le dijo: “¿Dónde está su credencial que la acredita como periodista?” (¿Quién le dijo a este badulaque que sólo los periodistas pueden grabar?) “Tengo todo el derecho de grabar”, le contestó la ciudadana. Ya querían llevarse a un compadre de la mujer y a ésta le ordenaron que se subiera a la patrulla, pero la señora, valiente como buena guerrerense, no se dejó.

Un caso más, sucedido el sábado pasado en Bolonchán del Rejón, Campeche. Tres policías estatales y tres municipales de Hopelchén golpearon, hasta matarlo, a un ciudadano al que detuvieron en un retén antialcohol. Los policías están detenidos como presuntos homicidas.

El hecho generó disturbios en el poblado donde sucedió el caso y en la cabecera municipal, al grado que los pobladores incendiaron el destacamento de policía y el palacio municipal.

La gente está enojada.

El viernes pasado, el que redacta estas líneas atravesó, a la altura de la calle de Amores, la avenida Félix Cuevas, donde se dio cuenta de que una patrulla, en la que sólo iba el chofer, hizo alto sobre las rayas del paso de peatones (paso de cabras le dicen en España). Al ver que la patrulla estorbaba mi paso y el de otros ciudadanos de a pie, le toqué en el cofre. El patrullero me hizo una seña de extrañeza por el golpe –leve- que le di a su patrulla. Yo le hice ver que el vehículo estorbaba el paso de los peatones. Me hizo un corte de manga; el resto de automovilistas que se dieron cuenta de lo ocurrido le sonaron el claxon con saludos familiares.

Aquí debí decirle como un amigo español que es disléxico: “Estás parado sobre el paso de cabras, so cebrón”.

Los Abarca

Cayó la Pareja Imperial, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda. Hay quien ha insinuado que ya habían caído hace días y que su detención en la madrugada de antier fue un montaje. A mí sí me parece raro que alguien duerma con traje de calle pero… Otra cosa, fueron detenidos en Iztapalapa, bastión perredista, cosa que me hace pensar que se está aprovechando la mala imagen de la pareja para echarle lodo al PRD con miras a las próximas elecciones.

Al igual que la sociedad civil, o una parte de ella, que para mostrar su solidaridad con los tres estudiantes normalistas asesinados y con los 43 desaparecidos pregona “Todos somos Ayotzinapa”; así, propongo que, en vista de que los políticos han aprovechado la tragedia de Iguala y el arresto de los responsables para, de manera hipócrita, llevar agua a sus molinos partidistas, agrupemos a todos ellos bajo un común denominador sintetizado en una frase: “Todos son Abarca”.