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Un bear market se define comúnmente como un ajuste a la baja de 20% o más en alguno de los principales índices accionarios.

En los últimos 77 años (a partir de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial en 1945) ha habido 14 episodios de bear market con una duración promedio de 344 días y una pérdida de valor promedio de pico a piso de 32 por ciento.

Actualmente, el S&P 500 está en territorio de bear market desde el 13 de junio –177 días. Su nivel actual de 3,933 puntos (al cierre del ayer miércoles) representa una caída de 18% desde el máximo histórico de 4,797 puntos registrado el 4 de enero, sin embargo, el índice llegó a un piso de 3,577 puntos el 12 de octubre, es decir 25% por debajo del máximo del 4 de enero.

Dentro del actual bear market, el S&P 500 ha tenido dos rallies importantes. El primero fue entre mediados de junio y mediados de agosto cuando el índice registró un alza de 17% (subiendo de 3,667 puntos a 4,305 puntos). Este rally fue seguido de un importante ajuste que llevó al S&P al mínimo de 3,577 puntos del 12 de octubre.

A partir de esa fecha, el S&P 500 comenzó un segundo bear market rally y el índice alcanzó 4,080 puntos el 30 de noviembre, equivalente a un alza de 14%, pero a partir de ese nivel ha retrocedido casi 4 por ciento.

Aunque algunos observadores se adelantaron a cantar el fin del bear market el 30 de noviembre cuando el S&P 500 rompió al alza su promedio móvil de 200 días, por primera vez desde principios de abril, el desempeño de los últimos días sugiere que el bear market aún no acaba.

Algunos especialistas, incluyendo a los estrategas de la correduría Morgan Stanley, estiman que el repunte de octubre y noviembre es simplemente otro bear market rally y que aunque esa tendencia alcista podría reactivarse en el corto plazo, su pronóstico es que el S&P 500 podría experimentar nuevos retrocesos en el 2023 que inclusive podrían aproximarse o romper a la baja los niveles mínimos observados en junio y octubre de este año.

Como mencionamos en nuestra edición de Sin Fronteras de este martes, los mercados accionarios parecen estar apostando a uno de dos escenarios.

El primero sería uno en el que la inflación baja rápidamente sin que la Fed tenga que subir las tasas mucho más de lo que ya lo ha hecho. En este escenario, la situación de la economía sería suficientemente robusta para evitar una recesión.

El segundo escenario es uno en el cual el alza en tasas genera una reducción importante en la inflación que es acompañada de una recesión, que aunque corta y poco profunda, llevaría a la Fed a recortar las tasas rápidamente.

El tercer escenario, al cual los mercados parecen estar asignando una probabilidad baja, es aquel en el que la inflación baja pero no lo suficiente, obligando a la Fed a subir las tasas más allá de lo que espera el mercado, provocando una recesión más duradera. La variante en este escenario es que la Fed es incapaz de reducir las tasas porque la inflación se ubica persistentemente por arriba del objetivo a pesar de la recesión.

Hasta ahora, el mercado laboral se ha mantenido fuerte y la salud del consumidor es buena a pesar del impacto inflacionario y los despidos en algunos sectores.

Los consumidores incrementaron su tasa de ahorro significativamente durante la pandemia y fortalecieron sus balances patrimoniales, generando un colchón que les ha permitido absorber el impacto inflacionario y en algunos casos mantenerse fuera de la fuerza laboral. En principio, esta situación tendría que ir cambiando conforme la economía se desacelere.

Por un lado, las tasas de ahorro han venido disminuyendo considerablemente, dejando, en conjunto con las alzas de precios, cada vez menos colchón a los consumidores. Por otro lado, las empresas podrían acelerar su ritmo de despidos conforme la desaceleración se haga más evidente y sus márgenes se vean más apretados por la inhabilidad de repercutir la totalidad de los incrementos en sus costos a los precios de sus productos y servicios finales.

Con excepción de la Gran Depresión de 1929, el periodo más largo entre el inicio de un bear market y el momento en que se tocó fondo fue el de la Gran Recesión del 2008 cuando el S&P 500 tardó casi seis meses en finalmente encontrar un piso.

En esta ocasión, parecería que el piso podría llegar cuando el mercado realmente descuente con mayor certeza cual será la tasa máxima a la que llegará la Fed y esto podría suceder en la primera mitad del 2023.