La oposición parece no haber entendido que en la política lo posible es lo que concreta lo tangible, lo que se logra es esfuerzo de todos y no un dique de contención de todo lo que el gobierno proyecta
La oposición clasista y discriminadora ahora se dice discriminada porque no se le toma en cuenta. Primero algún exsecretario del Trabajo de Calderón protestó en los medios porque no se les menciona, el día de la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum el líder del PAN reclama no ser mencionada la mano extendida que lo que queda de su partido, ofreció.
Lo cierto es que México, incluyendo a los simpatizantes de la 4T, desea una oposición sólida y honesta y no como la que encabezan el PRI, el PAN y MC. Se pasaron un sexenio sin propuestas, encabezaron las discusiones que nunca tuvieron la categoría de debate personajes con delitos cargando a sus espaldas. Entre sospechas, especulaciones y evidencias. La mayoría de los líderes de la oposición en algún momento de sus vidas fueron acusados de delitos.
Lo real es que no hay oposición competitiva, ni cuadros, ni líderes, ni candidatos. Dicen ser excluidos, pero quienes los excluyeron de la política fueron los mexicanos, ante quienes no supieron ganarse sus simpatías. A los que, incluso, engañaron una y otra vez en los discursos de campaña de candidatos de caricatura que solo animaban la inconformidad, pero no atraían por sus propuestas sino por la necesidad de canalizar en el voto los desacuerdos naturales con el gobierno.
Fue precisamente la discriminación que identifica a los conservadores, la que ahora padecen, pero no por su pobreza, color de piel o ropa que no es de marca, sino por algo que no tiene precio y, por lo tanto, no puede adquirirse en ninguna tienda: la vocación de servicio, sin la cual no hay empatía con la población. Así, los discriminadores resultaron discriminados, y se quejan amargamente de la marginación que ellos mismos provocaron.
Debe resaltarse que en el discurso de la presidenta la más cercana alusión a la oposición fue la mención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyos trabajadores y asociados tienen más presencia en las calles y en los medios que los militantes de cualquiera de esos tres partidos.
La toma de posesión de la presidenta convocó a la unidad, en la cual no hay diferencias entre la población. La cohesión social debe ser natural en todos los seres humanos, más aún dentro de un país. Claudia Sheinbaum invitó a las mujeres a tomar el poder conjuntamente con ella, quien dijo claro y fuerte: “No llego sola, llegamos todas”.
Sus palabras son una convocatoria permanente a la unidad, a que se entienda que la oposición es complemento y no enemistad eterna. En todo caso hay contrincantes debido a la diferencia de ideas, que también deben armonizar para caminar juntos.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria. Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar”. Esto dijo al final de su discurso de toma de posesión.
La oposición parece no haber entendido que en la política lo posible es lo que concreta lo tangible, lo que se logra es esfuerzo de todos y no un dique de contención de todo lo que el gobierno proyecta.
La política es debate y no una arena de gladiadores que luchan a muerte por tener la razón. Si no se entiende esto, entonces, de los pocos que son, quedarán cada día menos opositores. México y la democracia exigen una verdadera oposición.
PEGA Y CORRE. – Camina el proyecto de la semana laboral de 40 horas que deberá instalarse lo más pronto posible como logro laboral de los mexicanos, aunque, desde hace años, la oposición de algunos empresarios se opone sistemáticamente a este derecho.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.