El derrumbe de Raúl Plascencia en los últimos meses ha sido tan dramático que prácticamente no hay quien le conceda posibilidad de ser reelegido cinco años como presidente de la CNDH. Con un descuido de las palabras inaceptable para su cargo y jerarquía, dijo que es objeto de una “guerra sucia”. Pero de sus constantes … Continued
El derrumbe de Raúl Plascencia en los últimos meses ha sido tan dramático que prácticamente no hay quien le conceda posibilidad de ser reelegido cinco años como presidente de la CNDH.
Con un descuido de las palabras inaceptable para su cargo y jerarquía, dijo que es objeto de una “guerra sucia”. Pero de sus constantes actos de autoelogio, al ridículo en Tlatlaya, sabe que no hay otro responsable de su debacle que no sea él.
Liquidado Plascencia, el pronóstico sencillo registra tres nombres para la votación del Senado a finales de octubre: el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez; el secretario general de la Cámara de Diputados, Mauricio Farah, y el presidente del Conapred, Ricardo Bucio. El problema es que para ganar se necesitan dos terceras partes de los votos. Bucio no ilumina el rostro de los priistas, ni González Pérez el de los panistas. Y de Farah se dice que tiene dueño: Manlio Fabio Beltrones, quien sería su fuerza y también su debilidad, más tratándose de un cargo que traspasará el 2018.
Por eso, los conocedores sugieren no perder de vista a dos personajes con menos prensa, pero menos enconos: el coordinador de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia, Carlos Pérez Vázquez, con una foja exitosa y sin manchas; y el procurador de Justicia de Hidalgo y dos veces reconocido presidente de la comisión estatal de Derechos Humanos, Alejandro Straffon.
Se dirá que Pérez Vázquez es el candidato de la Corte y Straffon el de Miguel Ángel Osorio Chong. Aun así, sus probabilidades de obtener los votos no parecen más bajas que las de la tercia González Pérez, Bucio, Farah.