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En pleno Día de Acción Global por un aborto legal y seguro, había que salir a las calles, a gritar, a exigir, a pasar la voz y ser escuchadas.

El derecho al aborto de manera legal y segura, porque así la mujer deja de estar expuesta a linchamientos sociales, religiosos y/o terminar en la muerte por no encontrar un Hospital o un Centro de Salud que la apoye en su decisión.

Las decisiones siempre serán un tema a discutir, pero invariablemente de ellas es exigir que exista la posibilidad de acudir a médicos, especialistas junto con enfermeras preparadas para apoyar a la mujer que lo necesite.

Instalaciones salubres y seguras para mujeres indígenas, de bajos, medianos o muchos recursos. El derecho al acceso a la salud, teniendo la certeza de que no morirás por algún tipo de negligencia o porque no deseen realizarte un aborto si tu cuerpo está en peligro.

Las mujeres siempre tan expuestas, por la manera en como pensamos, lo que deseamos, lo que vestimos y lo que exigimos.

Nunca nos habíamos enfrentado a tiempos tan violentos, inseguros y vergonzosos para todas. La impunidad en las Fiscalías como el pan de todos los días, autoridades uniformadas que amedrantan, acosan y matan. Hombres que toquetean, gritan, escupen y violentan el cuerpo de la mujer.

Hoy había que salir y partieron de la Glorieta de las Mujeres que luchan a las 2.30pm hacia el Zócalo. El color verde como estandarte, pancartas con diferentes consignas y mujeres acompañando a mujeres.

La cantidad fue de 1500 a mitad de semana, afortunadamente con saldo blanco, según el Gobierno de la Ciudad de México, pero eso fue aquí y en distintos estados del país también salieron a las calles.

El problema es que se toma esta mala costumbre de dañar, de violentar el mensaje y arriesgar a las que allí participan. Otra vez la violencia, las pintas, el ataque a comercios, el fuego y el bloqueo total del rostro encapuchándose de color negro.

¿Por qué no podemos actuar de manera congruente? Lo que menos se necesita es generar una acción violenta cuando pedimos un acto de respeto. Siempre estará el “no eran todas”, y es allí cuando se rompe la fuerza.

Cuando se tapan el rostro, cuando se visten de negro en su totalidad para camuflajearse, cuando se gritan unas a otras, cuando sacan el fuego, cuando rompen cristales de negocios que lamentablemente les quedaron de frente y entonces el tema “el derecho al aborto legal” se quema, se rompe, se violenta y se desquebraja.

Ya está más que comprobado que tratar de incendiar una vaya es como quitarle un pelo a un gato, y rayarlas tampoco nos abre las puertas.

Adoptar las costumbres ajenas de quienes violentan, no trae nada bueno. Es interesante darse cuenta que no todos los medios nacionales lo publicaron en sus sitios, y si lo hicieron fue como una nota más que secundaria y un espacio muy pequeño.

Por primera vez el diario El País no subió absolutamente nada, al igual que el diario La Razón. Reforma, Excélsior, El Universal y Milenio la colocaron más como una nota de relleno, que un acto de exigencia de 1,500 mujeres que marcharon, como muchos otros grupos que caminan por las avenidas de la capital para exigir escucha y atención

Pasamos desapercibidas, por viejas costumbres como silenciar la verdadera y única consigna “el Derecho al Aborto Legal”.

Otra vez esa mala costumbre - ecc9c34f8573ade59ec8fe1224d1e2b7086abed0w-1-1024x682