Lo que sonaba como una barbaridad, de subirse al antiguo elevador y el presidente diciendo en español que se convertiría en elevadorista, creó el momento más espontáneo y auténtico de la visita
La Cumbre de Líderes de América del Norte concluyó con un sinfín de imágenes que capturaron la visita de Joe Biden y Justin Trudeau desde el domingo pasado hasta el día de hoy.
Fuimos testigo de todo, desde la llegada hasta las despedidas, así como la ausencia de un protocolo que en este tipo de actos casi “había” sido obligatorio, hasta que en esta ocasión decidió perderse por completo.
Las fotografías evidencian la falta de preparación en la comitiva de México, aún contando con gente experimentada en el tema como el Canciller Marcelo Ebrard y seguramente parte de su equipo.
Pero más allá de todo lo que hemos observado, analizado y puntualizado en la lista de errores y de vergüenzas en las redes sociales, yo concluiría con que la mejor fotografía es esta que les presento, la cual fue tomada por el fotógrafo oficial del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Adam Scotti es un joven que ha ido convirtiendo su ojo y estética a retratos íntimos de su PM. Se ha distinguido desde hace unos tres años por su estilo visual, sin embargo, al día de hoy la manera en cómo maneja la luz natural, lo pone a la altura de Soazig de la Moissonnière, fotógrafa personal y encargada de la imagen del Presidente francés Emmanuel Macron, junto con la espontaneidad que manejó Pete Souza con Barack Obama.
La luz cálida y la luz natural, su paciencia para encontrar la escena perfecta en donde Trudeau destaque más que nadie, lo hizo el mejor fotógrafo de esta visita a México.
Ahora, por qué insisto en que esta es la mejor foto de la Cumbre, porque también es donde el presidente de México aparece de pie y en primer plano, creando un momento divertido, e incluyendo que aparecen quienes cuentan con los cargos oficiales y sus expresiones parecen ser muy genuinas.
Lo que sonaba como una barbaridad, de subirse al antiguo elevador y el presidente diciendo en español que se convertiría en elevadorista, creó el momento más espontáneo y auténtico de la visita.
Justin Trudeau aparece riendo, acto que no lo hizo mucho durante la visita, su esposa se ve divertida, el presidente de Estados Unidos en su papel y su esposa a su lado que hace todo por salir en la foto tras el presidente López Obrador. Andrés Manuel de pie con una sonrisa completa, es decir que su rostro completo está en concordancia con lo que está sintiendo.
Pero no hay excesos en las risas, nadie se toca, todos tienen su lugar y simula un buen ambiente entre ellos.
Vemos un momento divertido, porque destaca el lugar que si de por sí solo es mágico y hermoso, e insisto, la calidez y la tonalida en la fotografía de Adam es clave para transmitir la esencia del antiguo elevador dentro del Palacio Nacional, quienes aparecen complementan con su elegancia y porte.
En la vida uno aprende que hay momento para todo, y en la política no solo se aprende, sino que se convierte en una manera de ser. El máximo puesto de poder, el cual es del de un presidente debe saber por obligación lo que se permite y lo que no, los límites que no deben cruzarse y las oportunidades que puede crear para posicionarse como líder.
Esta foto es la mejor, porque parecería que estuvieron los únicos que tenían que estar, guardando el porte pero haciéndolo un momento muy casual.
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