Dentro de este tipo de eventos que involucran tratados entre países, estas acciones están marcadas, aprobadas y vigiladas por parte de la comitiva de Estados Unidos
El presidente Joe Biden llegó al a Ciudad de México el domingo por la noche, siendo el primero de los invitados en llegar a la Cumbre de Líderes de Norteamérica para después ser acompañado por el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau.
De las tantas sorpresas, fue ver al presidente de México ataviado elegantemente y esperando en pista a su homólogo estadounidense.
Después el verlo subir a la limusina color negra, mejor conocida como “La Bestia”. Un vehículo que siempre sorprende y atrae por las ganas de conocer el nivel de blindaje y la elegancia de esta.
Hace nueve años recién me integraba al equipo de fotógrafos del presidente Peña Nieto como editora de fotos y me tocó la misma Cumbre de Líderes de Norteamérica pero en Toluca, con la visita de Barack Obama y Stephen Harper.
“La Bestia” impone y te deslumbra la perfección. Pero ese es otro tema.
Desde el primer momento se corría el rumor de que López Obrador habría sido el primero presidente de otro país que abordaba a la poderosa bestia, pero no fue así.
Incluso entre los presidentes, está el mexicano Vicente Fox quien estuvo allí junto con George W. Bush
Cuál es la diferencia que yo observo en materia de imagen y fotográfica. El encuentro o la decisión de que el presidente mexicano subiera con Biden, no creo que haya sido una decisión de último minuto y si así fue, fue por orden del país vecino. Es bien sabido que López Obrador no habla inglés, y que el norteamericano no le ha encontrado el interés a su discurso, en los encuentros previos en Washington lo ha demostrado, entonces ¿para qué?.
Las fotografías que todos vimos, fue la ráfaga del movimiento del auto para salir con el convoy hacia Polanco. En las fotos vemos al presidente Biden viendo hacia el frente y a Andrés Manuel también, pero con un semblante serio y tenso.
El encuentro que según explican fue un diálogo en buenos términos, no se refleja en lo más mínimo en un buen ambiente allí dentro.
Ahora, si bien no todos los presidentes que han sido invitados a trasladarse en la Bestia, tienen una foto desde el interior, me lleva a reflexionar y reafirmar que fue un encuentro decidido por la comitiva estadounidense y no para charlar de lo bonito que le quedó el AIFA.
¿Por qué? Porque lo hubieran incluido como parte de la agenda, y si esos “buenos términos” fueran verdad, junto a la buena relación entre ellos, estaría allí un fotógrafo y hubiera hecho la foto que usted y yo la hubiéramos visto.
El ambiente no fue de camaradería, se nota, se ve. No hay nada más que descifrar.
Dentro de este tipo de eventos que involucran tratados entre países, estas acciones están marcadas, aprobadas y vigiladas por parte de la comitiva de Estados Unidos. Nada sucede al azar, se los puedo asegurar.
Pero vuelve a pasar, nuestro presidente se achica y de nueva cuenta, parece que es visitante, cuando debería jugar de local.
