No hay duda de que Donald Trump es el vencedor y que el voto de los hispanos fue un factor importante de su triunfo
Los números de las elecciones del martes pasado en los Estados Unidos se siguen contando para ser definitivos y oficiales. Ahora, no hay duda de que Donald Trump es el vencedor y que el voto de los hispanos fue un factor importante de su triunfo.
Me llama la aención que las encuestas más serias dicen ya que el 55% de los latinos votó por Kamala Harris. Sin embargo, del restante 45, el 55% fue de votantes hispanos varones que fue a votar, lo hizo en favor de Trump.
¿Qué llevó a esos hombres a inclinarse así? Las primeras cuatro inquietudes de los latinos en Estados Unidos tienen que ver con la economía: el alto costo de la vivienda, los alimentos, la salud, y los bajos sueldos. Temas que el neoyorquino enfatizó en resolver, amén de la promesa de la deportación masiva de indocumentados que hayan cometido algún delito, como entrar ilegalmente a su país, y estén en prisión, anque hayan pedido asilo luego de ser detenidos. Y el destino de los que la policía detenga a partir de enero 21bajo sospecha de ser ilegal -cualquier policía,, no solamente la migratoria- serán unos campos de concentración que Trump ha prometido construir a lo largo de la frontera con México, de Brownsville a San Diego.
Lo innegable es que el hispano que vive legalmente en los Estados Unidos piensa como la mayoría de los norteamericanos: que los mojados llegan a su país para quitarles su trabajo, ofreciendo a cambio su mano de obra a menor salario y con mayor disciplina y ninguna protesta.
Para los 16 millones de mexicanos que viven allá y cuyas remesas son la principal fuente de ingresos para México, remesas cuyo monto presume el cuatrote cinicamente como si fueran producto de su trabajo, han empezado a bajar, vienen cuatro años de vacas flacas. No solamente por la situación económica que mencioné ya, y que dificilmente mejorará con el elevado costo que el prometido primer paso de Trump presidente será la deportación masiva, el cierre de la frontera con México y los campos de concentración fronterizos.
Todo eso cuesta. Y muchos millones. El gasto público alto nunca ha significado bonanza generalizada, ni mejores salarios, ni menor costo de vida. Y eso, que no me ha asomado al efecto que la deportación masiva de indocumentados al sur, esto es a México, tendrá en la economía y la seguridad de los mexicanos, especialmente de los seis estados norteños que tienen frontera con los güeros.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (mientras son peras o son sámaras, fruto de
agradable vista, pero vano, del mismo olmo): A diferencia de su antecesor, que hace cuatro años esperó hasta enero para felicitar a Joe Biden por su triunfo en las urnas, la señora Presidente Sheinbaum fue de los primeros mandatarios en llamar a Trump para felicitarle por su éxito, junto con el argentino Milei y el salvadoreño Bukele. La señora Sheinbaum ha informado del tono amable de la conversación, pero no del contenido: ¿qué le dijo el presidente electo? Es casi seeguro de que antes de Claudia nos lo va a decir Donald.