El manejo de la CFE es uno de los hoyos negros de la política económica de este gobierno. El otro es Pemex, que traté ayer
Nos informa el Instituto Mexicano de la Competitividad que, por tercer año consecutivo, en 2022 la Comisión Federal de Electricidad registró una pérdida neta en su funcionamiento.
Al terminar el tercer trimestre de ese año llevaba acumulada una pérdida de 50 mil 700 millones, casi el doble de la registrada en 2021. (IMCO / CFE en la mira al tercer trimestre del 2022).
Lo paradójico de la pérdida es que durante esos meses la CFE tuvo ingresos superiores a los de sus tres años previos: 470 mil 400 millones.
Extraña ecuación: más ingresos y más pérdidas. Lo que parece estar fuera de control son los gastos de la paraestatal.
No hay que poner entre esos gastos los subsidios a las tarifas eléctricas, porque la CFE recibe pagos del erario por esos subsidios.
Los subsidios eléctricos crecieron en 2022 por cuarto año consecutivo. En los primeros tres trimestres de 2022, la CFE recibió subsidios por 68 mil 800 millones de pesos, 84.5% más de los que recibía en 2018, al empezar este gobierno.
Si se suman todos los subsidios que la CFE ha recibido en los últimos cuatro años, las cifras empiezan a desafiar la imaginación.
En 2018 recibió 37 mil 300 millones de subsidios. En 2019, 41 mil 700 millones. En 2020, 63 mil millones. En 2021, 63 mil 300 millones.
Con lo recibido en 2022 se alcanza un gran total de 274 mil 100 millones de pesos en subsidios para la CFE.
Aún así, según el IMCO, la CFE llevaba perdidos 50 mil 700 millones de pesos en el tercer trimestre de 2022.
Consecuencia: de 2021 a 2022, la deuda de corto plazo de la CFE creció 286.3% hasta los 467 mil 800 millones de pesos: 23 mil millones de dólares.
Triste pensar que esta misma empresa tenía ganancias por 107 mil 910 millones en el año 2017. (Forbes / Ganancias de CFE crecen 42% durante 2017).
El manejo de la CFE es uno de los hoyos negros de la política económica de este gobierno. El otro es Pemex, que traté ayer.
La gente no repara en estos desaguisados porque parecen no afectarle, como tantas otras cosas que suceden lejos de su interés o de su comprensión.
Pero el desastre está ahí, y habrá que pagar por él.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/las-perdidas-de-cfe