Elecciones 2024
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Nadie duda de que el presidente López Obrador manda sobre sus mayorías en el Congreso como sobre sus subordinados. Había dudas de si ya mandaba también sobre el Poder Judicial y sobre la Suprema Corte. Hoy, la respuesta es: sí.

Había hasta ahora indicios de ese mando, el principal de los cuales era tener a la Corte adormecida para no revisar la enorme cantidad de leyes emitidas por este gobierno que están sujetas a litigio constitucional.

Todas las leyes importantes de este gobierno han sido impugnadas ante la Corte. Son cerca de 20 leyes, entre ellas, la de extinción de dominio, la de creación de la Guardia Nacional, la de militarización de las funciones policiacas, la de seguridad pública, la de austeridad republicana, la de prisión forzosa.

Remito al libro de María Amparo Casar y Saúl López Noriega disponible en Amazon: Los pendientes de la Suprema Corte. (Cal y Arena).

La semana pasada, el Poder Legislativo, que controla el Presidente, metió la mano en el Poder Judicial, estableciéndole términos de gestión al presidente de la Corte y a los consejeros de la Judicatura.

La intromisión del Presidente en el Legislativo era evidente. Ahora lo es también su intromisión en el Poder Judicial a través del Legislativo.

El presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, no defendió la autonomía del poder que preside. Se adhirió, simplemente, a la posición del Consejo de la Judicatura.

Del Consejo de la Judicatura dijo en un comunicado que no había solicitado lo que votó el Senado. Pero no lo rechazó, como debió haber hecho, por elemental rigor constitucional y en elemental defensa de la división de poderes.

La división de los poderes del Estado mexicano quedó sometida la semana pasada a la voluntad del Presidente.

El Presidente ya mandaba en el Legislativo. Ahora manda también, interviniendo desde el Legislativo, en el Judicial.

Estamos en el supuesto de la tiranía prevista por James Madison hace un muchos años con unas pocas palabras:

La acumulación de todos los poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, en las mismas manos, sean de uno, de pocos o de muchos, y sea por herencia, autonombramiento o elección, puede enunciarse con justicia como la definición misma de la tiranía.