Ir a la ciudad de San Francisco y sus alrededores se resume en la calidad de vida y, en especial, a la adopción de la tecnología para hacer más fáciles, cómodos y eficientes los días. Una urbe con cafeterías repletas de computadoras, bicicletas por doquier, personas que cuidan más a su smartphone y Ubers disponibles en cualquier calle … Continued
Ir a la ciudad de San Francisco y sus alrededores se resume en la calidad de vida y, en especial, a la adopción de la tecnología para hacer más fáciles, cómodos y eficientes los días. Una urbe con cafeterías repletas de computadoras, bicicletas por doquier, personas que cuidan más a su smartphone y Ubers disponibles en cualquier calle deleita a cualquier turista.
Es cierto que esta ciudad ha sido, ya desde hace algunos años, el conejillo de indias para un sinfín de aplicaciones que se gestan en todas las incubadoras y startups del Valle de California; donde comenzaron los pagos electrónicos, las recargas de parquímetros desde el móvil, los pedidos de comida en línea o el compartir aventones de tu auto por medio de una app.
Otros ejemplos cómo hacer el súper en línea en donde ya se ven más cajas respondiendo a estos pedidos que atendiendo a las personas que se encuentran ahí físicamente, los pagos con carteras electrónicas como la de Apple Pay o Google Wallet que ya se reciben en la mayoría de los establecimientos. Realmente me atrevería a decir que en menos de lo que pensamos esa ciudad dejará de utilizar el dinero en efectivo, tal vez los turistas y otros nichos requieran de esto, pero los habitantes y comunidad se han acostumbrado a vivir de los pagos electrónicos y tarjetas de crédito.
En cuanto a transportación: son muy usados los mapas y aplicaciones del transporte público y bicicletas para llegar a la hora exacta y sin retrasos, o las opciones de transporte corporativo que cuentan con las herramientas que permiten trabajar y convivir de forma cómoda camino al trabajo y hasta las mismas oficinas repletas de sistemas y aplicaciones que han cambiado la rutina laboral.
Esto no significa que todo sea miel sobre hojuelas, pues al ser una ciudad tan tecnológica y a la mano de todas estas aplicaciones, sus creadores y usuarios, la vida se ha vuelto lujosa y cara. Se necesita tener un nivel socioeconómico alto para estar a la altura, lo que ha hecho que existan grandes estrechos en los diferentes niveles de la sociedad creando problemas para las personas con sueldos y trabajos de promedios medios y bajos. Una tecnología cotidiana que ha hecho de una región una de las más caras del mundo.