Elecciones 2024
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Me iluminan tus sombras.  Florestán

El pasado miércoles 4, a las 3 de la tarde, integrantes del Consejo Nacional de Seguridad y el órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social se reunieron en sesión extraordinaria en el penal El Altiplano y acordaron trasladar a Joaquín Guzmán Loera al Cefereso número 9 de Ciudad Juárez.

Con ese documento en la mano, unos minutos antes de las 9 de la noche del viernes, aterrizaron en el helipuerto de El Altiplano, tres Sikorskys de la Policía Federal de los que descendieron elementos de Operaciones Especiales de Seguridad Penitenciaria, encabezados por el titular de ese Órgano Administrativo de Prevención y Readaptación Social, Eduardo Guerrero Durán.

Ingresaron por la aduana y llegaron a la celda de Guzmán Loera, que estaba echado en su cama. Le ordenaron que se levantara, pusiera la camisa y empacara sus cosas. En bolsas de plástico transparente guardaron su ropa y en una caja de cartón, que sellaron, los expedientes de sus procesos. Preguntó si era un cambio de penal, solo le dijeron que sí, pero no a cuál.

Pero no era la primera. Tras su detención el 3 de junio de 1993 en Guatemala por el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo diez días antes, el 24 de mayo en el aeropuerto de Guadalajara, el 22 de noviembre de 1995, fue trasladado de ese penal, entonces de Almoloya, al de Puente Grande, en Jalisco, del que se fugaría el 19 de enero de 2001.

El viernes, al salir de su celda lo condujeron a la aduana de ingreso. Ahí lo esperaba un transporte tipo Rino. Tras pasar un examen médico, lo subieron al blindado y recorrieron 300 metros hasta el helipuerto del penal, donde abordó uno de los helicópteros y, escoltado por los otros dos, volaron hasta el hangar de la Policía Federal en el aeropuerto de la Ciudad de México, donde aterrizaron a eso de las 21:45. Allí abordaron un jet de la misma corporación y volaron hasta Ciudad Juárez, donde se había montado un gran operativo militar, todo en el más absoluto secreto. Allí, de nuevo, a otro helicóptero que aterrizó a las 01:30 del sábado en un ala del Cefereso 9 y en otro Rino, ingresado al penal. A las 03:30, Guzmán Loera estaba en su nueva celda en uno de los módulos de alta seguridad de ese centro penitenciario, donde esperará la extradición, que llevará tiempo.

RETALES

1. EXTRAORDINARIO. Eso sería que los senadores convocaron a un período este mes cuando hoy faltan 24 días para las elecciones. Es cierto que ya se reúnen las comisiones, pero el avance es escaso;

2. ENCUENTRO. Tras el regreso a clases en las vocacionales, se darán las condiciones de Aurelio Nuño Mayer para reunirse con la comunidad politécnica; y

3. ESPALDA. Ya veo en sus primeras planas los reclamos a El Bronco de los que lo apoyaron para hacerlo gobernador. Pues, ¿qué les incumplió o qué quieren que les cumpla?

Nos vemos mañana, pero en privado

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