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En estos días empieza a circular el primer informe científico cabal sobre los efectos físicos y psicológicos del consumo de mariguana. Se llama “Marihuana y salud”, lo publica el Fondo de Cultura Económica y es el fruto de las investigaciones de un equipo coordinado por Juan Ramón de la Fuente.

Con la mayor precisión científica y médica alcanzada hasta ahora en una publicación mexicana, si no en el idioma español, “Marihuana y salud” revisa con los matices rigurosos de cada caso el daño físico y social que puede infligir el uso de la mariguana.

El consumo de la mariguana no es inocuo, es particularmente tóxico entre menores de edad cuyo cerebro está en desarrollo, pero es absurdo ubicarla, por sus efectos médicos y sociales, en el lugar donde está: como par de las drogas más tóxicas y adictivas del mundo.

La mariguana es menos tóxica y menos adictiva que el alcohol y que el tabaco, drogas permitidas. Sus consecuencias médicas y sociales son también mucho menores. No tiene dosis letal conocida, ni hay pruebas de que su consumo estricto, no mezclado con otros estupefacientes, genere conductas violentas, socialmente peligrosas.

El mayor daño que la mariguana causa a la sociedad es haberla tratado como una sustancia de alto peligro. Esto ha producido en México una epidemia carcelaria. En su estudio más reciente sobre el tema, Catalina Pérez Correa reunió estos datos impresionantes:

Según la PGR, entre 2006 y 2014 fueron detenidas en México 156 mil personas por consumo de mariguana (pese a que el consumo no está prohibido).

En el año 2012, 6 de cada 10 presos en reclusorios federales estaban encarcelados por delitos contra la salud. El 67 por ciento de ellos por consumo de mariguana.

En los 15 estados que dieron información sobre menores infractores se descubrió que también 6 de cada 10 están recluidos por consumo de mariguana.

Añado mi propia cifra: en el año 2013 fueron detenidos en la Ciudad de México 3 mil personas acusadas de delitos contra la salud, vinculadas a la posesión o el consumo de mariguana.

La prohibición de la mariguana produce más daños, más infelicidad y a la larga más crímenes y más criminales que el consumo de la sustancia.

(El texto completo de Catalina Pérez Correa, en: http://bit.ly/1kNIDRJ)

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