Lo más creativo ha venido de la retórica política: básicamente la idea de culpar a la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que permite la libre portación y venta en el país vecino, lo cual facilita que sean trasladadas a México
La más reciente embarrada de atole en el dedo del gobierno en temas de la inseguridad es el anuncio de la entrega a Washington de un supuesto catálogo de seis mil armas que llegan aquí. Pero es una tontería: eso no resolverá un cacahuate.
Porque, mientras, 2019 cierra con 36 mil homicidios y sólo uno de cada 10 es castigado. Además de que el 1 de diciembre fue el día más violento del que hay registro, con 127 muertes, a razón de:
— Coahuila (21)
–Edomex (14)
–Guanajuato (10)
–Oaxaca (10)
–Baja California (9)
–CDMX (5)
–Hidalgo (5)
–Jalisco (5)
–Tamaulipas (5)
–Chihuahua (3)
–Nuevo león (3)
–Tabasco (3)
–Colima (2)
–Querétaro (2)
–San Luis Potosí (2)
–Zacatecas (2)
–Nayarit (1)
–Quintana Roo (1)
–Sonora (1)
Y son cifras que corresponden al propio gobierno. Aunque lo peor es que se va perdiendo la capacidad de asombro para contar los asesinatos, pues ya desde antes se registraron en un mismo día números de espanto.
Por ejemplo, según el reporte diario que publica el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el 18 de septiembre se habían registrado 114 casos; el 28 de julio, un total de 106; y el 7 de septiembre, una lista de 105.
Quiere decir que no funciona la estrategia del gobierno para enfrentar la inseguridad pública, que se basa casi totalmente en eslóganes que parecen salidos de manuales de superación personal, como “abrazos y no balazos” y amagos de amnistías.
Lo más creativo ha venido de la retórica política: básicamente la idea de culpar a la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que permite la libre portación y venta en el país vecino, lo cual facilita que sean trasladadas a México.
Tampoco es que es que este gobierno esté descubriendo el agua tibia. Es sabido que la mayoría de las armas usadas por los cárteles cruzan por California, Texas y Arizona: De 2009 a 2014, pasaron por ahí más del 70 por ciento de las 74 mil armas confiscadas aquí.
Según el Center For America Progress, se trata de rifles semiautomáticos AR-15 y AK-47, de los cuales los cárteles mexicanos de la droga se abastecen con sólo brincar la frontera para abastecer sus arsenales.
Sin embargo, ese trasiego no se va a acabar nunca, porque la Segunda Enmienda no se va a acabar nunca. Así que el gobierno mexicano queda obligado a buscar la solución por voluntad propia y trabajo creativo.
Aunque tampoco es que le resulte complicado: la 4T puede justificar lo que desee.
México se lo acepta… a tiempo y sonriente.
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