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En el Presidente Intercontinental, Elba Esther Gordillo es una clienta VIP. Y más precisamente, en el Balmoral, el salón de té que suplió al Samborcito como su lugar preferido para dejar ver su poder. La mesa —pegada a la esquina del local, enfrente del bar del subsótano—, por la que pasaron dirigentes partidistas, gobernadores, legisladores y la plana mayor del SNTE desde la semana pasada, luce desde hace dos semanas un letrero dorado. “Reservado”, de las 8:00 hasta las 13:00 horas, en espera de su ocupante más polémica.

La maestra regresó al hotel de Polanco el domingo, por la tarde. A su lado, su yerno Fernando González, y su nieto, René Fujiwara. Más temprano, en su pent house de la calle de Galileo —habilitado como oficina-estudio— había terminado la escritura del mensaje que leería 24 horas más tarde.

Los 120 metros que separan al edificio del hotel fueron recorridos por Gordillo Morales y su séquito en una camioneta, blindada, que custodiaban otras dos unidades. Del estacionamiento subterráneo al cuarto piso —donde están los salones de eventos— transcurrió apenas un suspiro. En el salón Castillo, el equipo del comunicólogo Othón González ya había dispuesto lo necesario para la presentación.

La maestra —quien usa lentes, en privado— no quería teleprompter. Pero atendió la recomendación de sus asesores y en los ensayos pudo leer la pantalla, sin mayores dificultades. Y como ocurrió por momentos su voz trepidaba por la emoción.

“Soy inocente”, clama la maestra. “Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado”. En el texto original, el tiempo verbal correspondiente. Pero Gordillo Morales utiliza el participio pasado para no entorpecer la lectura. Los cambios al mensaje redactado cuidadosamente son mínimos. Ninguna improvisación, salvo el último párrafo que agregó a último minuto. Ninguna pausa, a pesar del amago de portazo de decenas de maestros que no pudieron ingresar al salón Castillo. Ninguna amenaza, pues un centenar de “invitados especiales” habían atiborrado las sillas que supuestamente ocuparían los reporteros convocados desde el pasado viernes 17.

Perseguida política, acosada injustamente por las últimas dos administraciones federales, la maestra dice que su sufrimiento fue extensivo al magisterio nacional. “No rehuí riesgo alguno o acepté condiciones indignas”, sostiene para inmediatamente quejarse de la “visión mediática” que obedeció a una “orquestación perversa” para presentarla como una criminal.

De los reclamos a la prensa, a la disculpa para los maestros. Y un tímido mea culpa —“lamento también que algunas actitudes que se atribuyen hayan contribuido a que fuéramos un blanco fácil, un chivo expiatorio al que se le culpó de todo”.

¿Esta guerrera está en paz? El reclamo mayor, a “quienes debían defendernos (pero) no lo hicieron y nos traicionaron”.

A la mitad del mensaje —en los ensayos apenas tomaba 10 minutos, pero ya han transcurrido siete minutos a estas alturas—, reaparece el tono imperativo de la maestra para con los suyos. La crisis sindical amerita acciones contundentes. “Lo que viene debe plantearse con cuidado, sin obsesiones ni odios; sin rencores por el pasado y pensando en el futuro”, remarca antes de anunciar que “es necesario recuperar” al SNTE, víctima de la autodestrucción como resultado de la abyección.

Gordillo Morales mostró las fojas finales del expediente 156/2018 del primer tribunal unitario para clamar su inocencia. En los ensayos se había planteado una exposición del abogado Marco Antonio del Toro para hacer públicos los motivos de la sentencia que decretó el sobreseimiento de la causa penal 11/2015 del juzgado sexto de distrito de procesos penales, luego de que se acreditara que los recursos supuestamente ilícitos en realidad provenían de las arcas sindicales, y que jamás hubo una organización criminal encabezada por la maestra.

La Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP y la Procuraduría Fiscal —en su interpretación— siguieron una “investigación viciada, ilegal y sobre todo oculta” contra Gordillo Morales.

En la sentencia, efectivamente, se concluye que las acusaciones formuladas por el ministerio público eran nulas para ser analizadas y consideradas para el dictado de cualquier resolución sobre la situación jurídica de la apelante. También que las pruebas aportadas por la defensa resultaron aptas y contundentes.

El SNTE tiene un propósito lícito, concluyeron los magistrados por unanimidad, y Gordillo Morales realizó diversas operaciones con recursos de la organización sindical que tenían un origen lícito. Por ende, su absoluta e inmediata libertad, respecto de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y violación a la Ley Federal contra la delincuencia organizada.

De regreso a la vida pública, Gordillo Morales dice que en lo inmediato atenderá a su familia, “sin que esto implique abandonar mis convicciones”. Y en el Balmoral su mesa estará lista, para cuando quiera reaparecer.

EFECTOS SECUNDARIOS

CAMBALACHES. Mario Alberto Rodríguez Casas llegó a la dirección general del IPN con el respaldo de Enrique Villa Rivera y el aval del priismo, pero el triunfo de AMLO lo ha obligado a reformular planes. A través de su secretario general, Héctor Martínez, examinó una línea de comunicación —a través del exdelegado en Xochimilco y exdirector de gobierno del GDF Francisco Garduño— con Claudia Sheinbaum. Y para no errarle, solicitó a Guadalupe Vargas, secretaria de Servicios Educativos, buscar a Miguel Torruco, y a través de la Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros, que preside Eduardo Sánchez, pero que controla el priista Víctor Alcérreca —principal contratista de las administraciones controlada por Villa— plantearon proyectos para la nueva administración. Hasta aquí, nada sorprendente, pero entre los politécnicos hay muchos morenistas, quienes se quejan del tufo priista de la actual administración y señalan que, en plena campaña, Rodríguez Casas descalificó las propuestas de AMLO.