Elecciones 2024
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La semana pasada se puso de manifiesto que de los tres partidos que forman la alianza sobrenatural –PRI, PAN y PRD– a la que, de ahora en adelante, en esta columna llamaré la Alianza Tamalera porque su composición está formada por tamales (partidos políticos) de dulce, de chile y de manteca; el único, cuyos afiliados no dieron motivo para estar en el Top Ten del escándalo público y en el liderazgo de la corrupción, fue el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Paso a explicarme.

El pasado jueves fue detenido por la Fiscalía General de la República (FGR), el exalcalde panista de Chinipas, Chihuahua, Hugo Amed Schultz Alcaraz, al que se le imputa una probable participación en el auxilio de los autores intelectual y materiales del asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea. La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión (Feadle) investiga a dos panistas más: José Alberto Luévano Rodríguez, quien fuera secretario general del Comité Directivo de Acción Nacional en el estado de Chihuahua, y su vocero Alfredo Piñera, quienes, con el hoy detenido Shultz Alcaraz, grabaron y presionaron a la periodista para que revelara las fuentes de información de un reportaje que puso en evidencia que integrantes de organizaciones criminales, principalmente la constituida por los Salazar, serían candidatos de Acción Nacional para ocupar cargos de elección popular en la región serrana de dicha entidad.

También en dicha semana, tres de los miembros de otro socio de la alianza tamalera, el Partido Revolucionario Institucional, del cual sobran los malos ejemplos, ocuparon espacios en las notas rojas de los medios. Arturo Montiel, quien estuvo a un periodicazo de ser candidato a la Presidencia de la República en el 2012, golpeó al músico César D’Alessio, quien reclamó el pago de dos horas extras de actuación. El golpeador pudo ser Montiel Rojas o su hijo Montiel Yáñez, pero lo más probable es que hayan sido sus escoltas. César es hijo de Lupita D’Alessio, la leona dormida, quien se encontraba en estado de somnolencia porque el incidente fue de madrugada y la señora no anda en fiestecitas en tiempos de aislamiento.

Otro priista, Aristóteles Sandoval, exgobernador de Jalisco, de dudosa reputación, que también andaba desvelándose con amigos, en el Bar Kilómetro 5 de Puerto Vallarta, Jalisco, contraviniendo la orden del confinamiento por la pandemia. Fue asesinado en un operativo planeado por el crimen organizado. Menos acabar con ellos, algo les habrá hecho cuando fue mandatario estatal. Resultó muy sospechoso el hecho de que personal del bar haya limpiado la escena del crimen lo cual va a dificultar las investigaciones al borrar los indicios del crimen.

Otro Sandoval, también priista, de nombre Roberto, exgobernador de Nayarit que durante su gestión fue acusado de enriquecimiento inexplicable y para el que, ahora, la Fiscalía General del Estado de Nayarit (FGEN) tiene órdenes de aprehensión en su contra y, según una nota de Patricia Dávila de la revista Proceso, dicha instancia ya solicitó varias más contra Sandoval –el vivo– por extorsión, lavado de dinero, desvío de recursos federales y despojo.

Con sólo los datos aquí proporcionados podríamos hacer un símil y decir que la alianza tamalera es una asociación delictuosa de la que, por ahora, sólo se salvan los perredistas. ¿Será porque ellos son muy bien portados? O, ¿será porque el PRD sólo es un cascarón, un membrete al que le quedan tan pocos miembros activos que ya no encuentran cómplices para practicar el ancestral arte mexicano de la simulación y la tradicional destreza nacional de la corrupción?

Memes
Mis vecinos pusieron afuera de su casa todas las luces navideñas que encontraron. Les recuerdo que Jesús nació en Belem, no en Las Vegas.

¿Se acuerdan cuando castigaban a todo el salón por culpa del más pendejo? Más o menos por eso se va a extender la cuarentena.