Minuto a Minuto

Deportes Jaime Lozano asegura que a México le faltó “contundencia” ante Ecuador
Jaime Lozano aseguró que tiene capacidad de dirigir a México en el Mundial de 2026, pero dejó en claro que eso no depende de él
Nacional Alerta en Veracruz por la tormenta tropical “Chris”
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que el ciclón provoca fuertes lluvias e inundaciones en partes del este de México
Nacional Depresión tropical 3 dejará fuertes lluvias en Veracruz, Tamaulipas, SLP, Qro, Hidalgo, Puebla, Oaxaca y Veracruz
Depresión Tropical 3 que se encuentra a 135 kilómetros al noreste de Álvarado y a 300 kilómetros al este-sureste del puerto de Tuxpan
Economía y Finanzas EE.UU. acusará de fraude a Boeing y le ofrecerá un acuerdo de culpabilidad para evitar que vaya a juicio
Boeing tiene hasta finales de esta semana para decidir si acepta el acuerdo elaborado por el Departamento de Justicia en relación con dos accidentes aéreos
Nacional Activistas y migrantes marchan por el orgullo LGBT en Chiapas
Esta es la quinta edición del también llamado ‘Pride’ en Tapachula, en Chiapas, y concluyó con una concentración en el parque local ‘Miguel Hidalgo’

Tenía razón Koba (Stalin): Un asesinato es una tragedia. Un millón de asesinatos son sólo una estadística.

Las grandes cifras no sirven para describir la intimidad inhumana del terror, la frialdad de sus creadores y sus ejecutores, el horror de sus métodos, su sistemático desbordamiento de la más macabra imaginación.

“Quizás hay una buena excusa para haberse creído el cuento de Stalin”, dice Martin Amis, como se lo creyó la inteligencia europea: “La historia real, la verdadera, es totalmente increíble” (Koba el temible, Anagrama/Koba the Dread, Vintage, 2002).

La verdad del terror sólo sube hasta nosotros en los detalles, en la recreación de Solshenitzin del Gulag o de Varlam Shalamov del campo ártico de Kolyma.

Desde luego, también, en la buena historia: de Robert Conquet, sobre el “Gran Terror”, a Anne Applebaumm sobre el Gulag o la hambruna ucraniana.

Más que leer, he subrayado estos días Koba el Temible, el gran tour de force personal del recién fallecido Martin Amis para ajustar sus cuentas personales con el gran hoyo de la tolerancia occidental a los horrores soviéticos, acaso a cuenta del heroísmo de sus soldados en la II Guerra.

Bien visto y bien sentido, sugiere Amis, el terror comunista fue peor que el nazi, y algo está mal en nuestra memoria:

“Todo mundo sabe de Auschwitz y Belsen. Nadie sabe de Vorkuta y Solovetsky.

“Todo mundo sabe de Himmler y Eichmann. Nadie, de Yeshov y Dzernishinsky.

“Todo mundo sabe de los 6 millones del Holocausto. Nadie, de los 6 millones de la hambruna ucraniana”.

Entre 1945 y 1966, escribe Solshenitzin, “fueron juzgados y condenados ochenta y seis mil criminales nazis en Alemania Occidental… Durante el mismo periodo, en la URSS, de acuerdo con los informes del Colegio de la Suprema Corte Militar, se juzgó sólo a diez”.

“En los 1980s”, sigue Amis, “Molotov y Kaganov, dos Eichmann viejecitos, vivían de su pensión del Estado en Moscú”.

Eran dos excepciones. Porque, resume Amis: “Stalin mató a todos los que hubieran conocido a Trotsky. Pero estaba matando también a todos los que hubieran conocido a Stalin –conocido, o visto o respirado el mismo aire”.

No quería testigos. Sabía bien quién era.