Definidos por número de habitantes y modificables de acuerdo con los censos poblacionales, esos distritos nada tienen que ver con la jurisdicción de los juzgados y tribunales
La consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei, apela a los medios “para que nos ayuden a difundir cómo va a ser la votación”, confiada en que “la mayor parte de la población vote tranquila y con conocimiento” por los futuros jueces, magistrados y ministros populares que ahora mandata la Constitución.
“Es un reto en términos de pedagogía, en la difusión, que tiene que ser muy precisa para que a todos nos quede claro qué es lo que vamos a votar, por qué, cuándo, cómo y dónde”, le dijo ayer a Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula.
Iniciado antier el proceso que dinamita la independencia y separación de los Tres Poderes y sin una ley reglamentaria, la reforma concede al INE facultades propias del Poder Legislativo para “ir estableciendo la reglamentación sobre la marcha”, dijo la señora.
Por lo pronto, informó, el Instituto trabaja en la definición geográfica para la instalación de casillas, partiendo de las cinco circunscripciones en que se distribuyen los 300 distritos habituales para la elección de autoridades municipales, gubernaturas, diputaciones locales y federales, senadurías y presidencia de la República.
Definidos por número de habitantes y modificables de acuerdo con los censos poblacionales, esos distritos nada tienen que ver con la jurisdicción de los juzgados y tribunales.
La complejidad del proceso implica desafíos que se antojan imposibles de resolver para los organizadores y la ciudadanía, entre otras razones por el desconocido pero tumultuario número de candidatos que contendrán las boletas.
Dice Taddei:
“Hoy sabemos qué hacer con hasta seis boletas”, pero “hay quien habla de cuatro mil (aspirantes), de dos mil, de mil 600. De 17 por boletas, de 32, de 45…”.
Lo cierto, admitió, “es que sería muy irresponsable decir cuántos, si no los tenemos definidos aún.
Desborda, sin embargo, un desconcertante optimismo:
“Esperamos ser capaces de hacer, de sacar una forma de votar sumamente práctica, cercana a lo que ya conocemos…”.
El escenario que delinea es de horror:
“Podemos hacer ejercicios ya con las propuestas de las áreas técnicas que hablan de 92 candidatos (a ministras y ministros) en una boleta para la Suprema Corte; de 45 en el Tribunal de Disciplina Judicial; de 18 en la Sala Superior; de 18 en las salas regionales”, pero “magistrados y jueces sería el reto mayúsculo, que está definiéndose…”.
Y es que el proceso todo “es extraordinario en todos sentidos, porque es la primera vez y lo iniciamos prácticamente a partir de cero”.
Por lo mismo se explica que requiera el apoyo de los medios.
Al destartalamiento de la impartición de justicia que provocará la demencial elección de juzgadores añádase el riesgo de pérdida de la confianza ciudadana que está corriendo el INE creado y reforzado por los “neoliberales” Salinas, Zedillo y Peña Nieto, institución que en otra iniciativa del presidente López Obrador convenencieramente postergada se le quiere chatarrizar…