Elecciones 2024
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Si bien apenas estamos en el día quinto del nuevo gobierno federal, la cuarta transformación, anunciada con fanfarrias de sobriedad y moderación, denota algunos síntomas de incongruencia que quiero comentar.

El día que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, les hizo saber a los integrantes de los tres poderes que “el servicio público no es para ganar dinero”, el periódico Reforma publicó un reportaje de Claudia Salazar en el que se da cuenta de que en plena época de austeridad republicana, los diputados de la LXIV Legislatura recibirán, cada uno, en diciembre la cantidad de 233 mil 755 pesos por los siguientes conceptos: 46 mil 834 pesos por aguinaldo, correspondiente a la parte proporcional de los cuatro meses de trabajo (de septiembre a diciembre). El aguinaldo, por cortesía de los mexicanos, estará exento de impuestos. Además, cada diputado por Atención Ciudadana de fin de año recibirá un pago adicional de 38 mil 363 (¿en qué consistirá la atención ciudadana por fin de año? Entiendo que es una época en la que cuesta trabajo abandonar la comodidad y el calor hogareño para atender a ciudadanos. Pero, ¿cómo nos van a atender? ¿Van a disfrazarse de Santa Claus para sentar en sus rodillas a los niños de su distrito? ¿Asistirán a nuestros brindis? Por favor, si alguien sabe en qué consiste la atención ciudadana de fin de año, favor de comunicarse con esta ignorante columna). Continúo con el listado de ingresos pecuniarios que hará que los diputados de la primera legislatura de la cuarta transformación tengan un mes de diciembre como el que antaño tenían los corruptos neoliberales: A las cantidades descritas debe agregarse su sueldo mensual de 74 mil pesos, pero he aquí que también recibirán la cantidad de 45 mil 786 pesos de asistencia legislativa. (¿Cómo es eso? ¿Qué no su deber es asistir a las sesiones? Y si sumamos su dieta a lo que ganan por asistencia, perciben 119 mil 786 pesos mensuales, 15 mil 786 pesos más que el presidente). A lo anterior se le agrega, según lo escrito por la reportera Salazar, otros 28 mil 772 pesos de atención ciudadana, la normal. La que cobran mes a mes; por lo que su sueldo rebasa con 44 mil 558 pesos el del presidente. (Desde el tiempo de los gobiernos neoliberales en donde los funcionarios públicos se atendían con prodigalidad económica, he querido saber qué es eso de cobrar dinero extra por atender a los ciudadanos, ¿qué no están para eso?). Por lo demás, qué bueno que ya dejamos a un lado la simulación. ¡Viva la austeridad!

El NAIM

Como se sabe, el presidente López Obrador manifestó que, aunque no se va a terminar la obra, se continuarían con los trabajos del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), a pesar de que como presidente electo había resuelto parar las obras según lo decidió la consulta ciudadana realizada en octubre.

El señor Gerardo Ferrando Bravo, nuevo Director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México en entrevista con Carmen Aristegui, reconoció que es muy razonable que la opinión pública tenga la inquietud de “¿por qué un proyecto que ya se sabe que no se llevará a cabo continúa con las obras y el gasto?”. Explicó que para poder frenar por completo las obras, se requiere el consentimiento de los inversionistas tenedores de bonos internacionales del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (MEXICAT). Recordó que se emitieron 6 mil millones de dólares en bonos. Estos recursos, si logran convencer a los tenedores de los bonos, se podrían usar en el aeropuerto proyectado en otro lugar distinto a Texcoco.

Mientras tanto, según lo dicho por el señor Ferrando Bravo, “las obras que hoy se están llevando a cabo, y esto es lo convenido con los constructores, son obras necesarias para poder darle unidad a las obras que están en desarrollo”. (Las cuales serán abandonadas, ¿no?). Puso de ejemplo las 34 hectáreas del edificio terminal que lleva una cubierta de loza que hay que terminar, lo mismo que el muro perimetral que “vale la pena no dejarlo desarticulado porque entonces sí podríamos tener movimientos diferenciales de la loza, se cuartearía, y la verdad es que sería una inversión enorme echada a perder”. (Luego, están conscientes). Según el declarante: continuar con la construcción del NAIM “no es un gasto inútil sino realmente una inversión para preservar lo que hoy tenemos como avance de lo que habría sido el aeropuerto de Texcoco”. (Se puede llevar a los turistas de visita: “Estas ruinas que ven originalmente iban a ser un puerto aéreo”). Ferrando señaló que las obras “son absolutamente convenientes y necesarias para que lo que ahí tenemos lo podamos preservar y darle un uso, el cual en este momento no tenemos”.

He aquí unas sugerencias para darle un uso. Dada la afición del Primer Mandatario por el beisbol puede construirse un estadio que sea sede de un equipo de las Grandes Ligas. También puede ser el protestódromo o marchódromo que alguna vez propuso del profesor Hank, un lugar donde se hagan todas las marchas de protesta sin afectar el tránsito en la ciudad. Pero, perdonen mi ingenuidad: ¿por qué no hacen un aeropuerto?