Elecciones 2024
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El millón de dólares por minuto que recibe por el acuerdo comercial con Trump está poniendo a México en un predicamento moral de profundas connotaciones históricas que, el pasado fin de semana, quedó expuesto en una imagen deshonrosa:

Dos militares mexicanos armados hasta los dientes cierran el paso al río Bravo a una mujer y dos niñas que corren hacia el río. Uno de ellos, carga un fusil de asalto AR-15 de 5.56 mm, con cargador de 25 balas: ese invento del diablo que se les ocurrió a Eugene Stoner, Leroy James Sullivan y Bob Fremont.

Ese soldado corre hacia una niña, con el AR-15 en una mano y la otra levantada en señal de “alto”. Su compañero tiene agarrada con las dos manos a la mujer, por la mochila que ella lleva a la espalda. La otra niña corre despavorida agarrada de la mujer. Las tres van llenas de maletas y mochilas: todo el equipaje del emigrado.

Es una fotografía firmada por Hérika Martínez, de la agencia francesa de prensa AFP y cita que “los miembros de la Guardia Nacional de México impiden que los migrantes centroamericanos crucen el Río Bravo, en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua”.

Siendo la AFP una agencia de alto nivel, uno daría por hecho que se aseguró de comprobar (en medio de las carreras y los forcejeos del instante) que son “migrantes centroamericanos”, y no otros, incluidos mexicanos. Porque los mexicanos siguen cruzado el río Bravo, eh.

Por ejemplo, la guardia fronteriza estadounidense deportó de enero a mayo a siete mil 13 niños mexicanos que habían cruzado solos. En la lista de menores deportados figuran además ocho mil 272 salvadoreños, 24 mil 638 guatemaltecos y 14 mil 785 hondureños.

La foto, ni los niños deportados van con el discurso del presidente hacia la migración: “Los migrantes son seres humanos que llegan a Estados Unidos a buscarse la vida y a trabajar honradamente. En vez de muros, y perseguir migrantes sería más humano y más eficaz darles bienestar”.

Durante la campaña electoral, prometió que nuestros 50 consulados en Estados Unidos (la red diplomática más grande que un país tiene en otro) se conviertan en “procuradurías” de defensa de los derechos de los más de 30 millones de mexicanos que viven allá.

Por eso, es indignante la imagen de dos militares mexicanos, con atuendo de guerra, que jalonean y corretean a una mujer y dos niñas para impedirles que se busquen la vida honradamente en Estados Unidos. Además, vale sorbete de dónde sean: son seres humanos.

Y todos somos migrantes. Hasta un abuelo de nuestro presidente llegó de España oculto en un barril dentro de un barco. Si alguien es sensible al tema…

Es él.