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El súbito ajuste al calendario para demostrar ante el jurado que Genaro García Luna es o no el delincuente que conspiró para introducir a Estados Unidos más de 50 toneladas de cocaína durante 18 años, hace de este lunes y mañana los días en que se verá si la fiscalía tiene algo más que tacos de lengua contra el ex secretario mexicano de Seguridad.

Demonizado allá y linchado aquí, se supone que hoy puede dispararse una bala de plata para refundirlo en prisión o si, acorde con los testimonios de un puñado de delincuentes (algunos aprehendidos por el acusado) el caso termina en batea de babas.

Con la palabra de 25 personas, en su mayoría criminales confesos, y no los “70” que la fiscalía había anunciado; sin exhibir documentos probatorios ni grabaciones inculpatorias, el proceso no tomará las ocho semanas calculadas por el juez Brian M. Cogan, pero quien encabeza los dos despachos de la defensoría de oficio parece haberlo tomado como un signo favorable a

su causa:

“¿Sorpresa? No”, dijo escuetamente el discreto abogado César de Castro.

De los testigos de cargo, por serlo más bien de oídas, evidente falta de solidez y solvencia ética, el juez desechó a seis “cooperantes”, al pornógrafo infantil y pederasta infiltrado de la fiscalía y a una prejuiciada periodista que desde hace diez años asegura que alguien la amenazó en nombre de García Luna.

Para Cogan, estas versiones se alejan mucho de la acusación, son irrelevantes, confundirían al jurado, crearían juicios dentro de un juicio y son indebidamente perjudiciales.

Inicialmente la fiscalía dijo tener un millón 135 mil 199 páginas para sustentar los cargos (208 mil 173 eran de registros financieros o comerciales de 76 entidades: 22 individuos y 54 empresas); cuatro mil 900 grabaciones (incluidas 500 horas con el presidiario informante del gobierno); la computadora del ex secretario, sus teléfonos, droga, videos de los testigos cooperantes y fotografías.

Hasta la semana pasada, sin embargo, no se mostró imagen alguna de GGL con sus presuntos sobornadores o cómplices; ningún video recibiendo dinero ni regalos, cero mensajes, cero correos electrónicos, cero grabaciones de comunicaciones del ex funcionario con narcotraficantes.

Para esta mañana se espera en especial un testimonio “significativo” (todo apunta a Reynaldo El Rey Zambada), la fiscalía presentará tres testigos propios y tal vez García Luna suba mañana martes al estrado, probabilidad que El País resumió bien:

“En este tipo de casos, es muy poco común que los acusados hablen frente al jurado porque eso abre la puerta a que la fiscalía realice un contrainterrogatorio. Bajo ese supuesto, García Luna tendría que enfrentar los cuestionamientos y responder bajo juramento, con el riesgo de ser acusado de perjurio por mentir a la corte si al final se comprueban los cargos”.

Según la estadística, más del 80 por ciento de las acusaciones federales en EU las gana el gobierno, pero hasta esta mañana persiste más que una duda razonable…