Elecciones 2024
Elecciones 2024

El próximo 5 de junio los mexicanos radicados en 14 estados, que acumulan 45% del padrón electoral del país, podrán acudir a las urnas para elegir a más de 1,000 puestos de elección popular, entre los que destacan 12 gubernaturas y como única vez una asamblea constituyente para el nuevo estado Ciudad de México. Son muchas cosas las que están en juego y como ya se ha dicho, el volumen de puestos que están en disputa los hace representar un gran indicador rumbo al 2018 cuando se elegirá presidente. Algunas cosas a seguir en la jornada son:

Las 12 gubernaturas que se eligen son las mismas que en el 2010 se votaron y en ese año el PRI ganó nueve y las alianzas PAN-PRD tres (de cinco que formaron), por lo que ése, puede decirse, es un punto para el análisis de este año donde nuevamente se forman alianzas PAN-PRD en cinco entidades (de las cueles repiten sólo Durango y Oaxaca). Al momento de escribir este texto se habla de que se tiene posibilidades al menos en cuatro entidades: Veracruz, Oaxaca, Durango y Quintana Roo, con más o menos probabilidad de triunfo.

A diferencia de hace seis años, cuando al formarse una alianza PAN-PRD se generaba una competencia entre dos opciones, hoy existe un partido nuevo importante (Morena) y la figura de candidatos sin partido que aparece en nueve de las 12 entidades donde se elegirán gubernaturas, así que las condiciones de contienda son más complicadas y los triunfos serán con menores porcentajes. Ejemplo de esto puede ser Sinaloa, Chihuahua, Veracruz o Zacatecas.

Además de Morena e independientes, en un estado, Sinaloa, se presenta una candidatura importante por un partido local (PAS), lo cual hace tiempo no pasaba.

En épocas anteriores se consideraba que un político que había perdido una elección tenía desventaja si competía de nuevo, pero después de seis casos anteriores en los que un candidato en segunda oportunidad ganó (Francisco Barrio, Natividad González, Gabino Cué, Mariano González, Silvano Aureoles y Héctor Astudillo) hoy tenemos 12 candidatos que aspiran a hacer lo mismo, destacando el PAN que postuló a seis candidatos que ya habían sido candidatos a gobernador.

Sólo cinco mujeres han ganado una gubernatura en la historia de México (Griselda Álvarez, Beatriz Paredes, Amalia García, Ivonne Ortega y Claudia Pavlovich) y hemos tenido grandes periodos sin ver una sola gobernadora; hoy gobierna Claudia Pavlovich en Sonora que recién triunfó en el 2015, y en este año sólo son mujeres 13 de 78 candidatos y candidatas, las cuales parecen tener buena oportunidad en al menos dos estados, Aguascalientes y Tlaxcala, donde hay tres candidatas, y si una mujer triunfa ahí sería el primer estado en el que dos veces gana una mujer (además sería el primer estado con cuatro alternancias en caso de ocurrir).

De los 12 estados, en el 2010 hubo tres con participaciones abajo de 40%, destacadamente Chihuahua (41%) y Tamaulipas (44%), por lo que será una variable a observar. Recordemos que en las últimas elecciones no ha sido hacia abajo para donde se mueve, sino que ha crecido en general, así fue en el 2012 respecto del 2006 y en el 2015 respecto del 2009.

Después podemos analizar las campañas, y veremos cómo evolucionan los conflictos poselectorales, si es que se presentan, pero al interior de al menos tres partidos están ya diseñando la forma de verse ganadores más allá del resultado. Así el PRD seguramente basará su argumento en el resultado de las alianzas que hizo con el PAN; así si ganan dos o tres serán suficientes para seguir defendiendo esa figura rumbo al 2017. En el caso del PRI, que inicia gobernando nueve de las 12, su estrategia de comunicación seguramente la basará en el mayor número de votos obtenidos, en estados ganados o en población gobernada, aunque gane menos de nueve estados como auguró Beltrones y aunque pierda estados que hoy tiene complicados como tamaulipas o Veracruz. Por último, el PAN tiene una mejor perspectiva, porque sólo gobierna un estado que es probable que gane de nuevo (Puebla) y además tiene oportunidades, sólo a en alianza en otros seis o siete estados, así que parecería que vivirá una buena noche el 5 de junio.

El caso de Morena es especial, su primera elección en el 2015 fue exitosa con triunfos en distritos, municipios y delegaciones. Este año, además de aspirar a ser la primera fuerza en la CDMX, presenta votaciones importantes y hasta posibilidades de triunfo en estados como Zacatecas, Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala y Quintana Roo.

Después de la elección, de los posibles conflictos e incluso posibles anulaciones, el país entrará en dos debates fundamentales. El primero es la aprobación y posterior organización de un sistema anticorrupción que ataque este mal que es raíz de todos los problemas de México, y después la renovación de todo el tribunal electoral, que será el que juzgue la próxima elección presidencial, entre otras cosas, por lo que los partidos todos tratarán de empujar figuras en las que confíen. En ambos casos, veremos como nunca la participación de la sociedad, que es de las cosas buenas que han cambiado: ciudadanos pendientes que saben presionar e incluso proponer iniciativas, eso genera esperanzas.