Ayer, en su Fuera de registro de MILENIO, Nicolás Alvarado hizo talco a Juan Gabriel, escandalizando al vecindario cibernético por no sumarse al lloriqueo nacional y, ufano, se puso a escuchar “Je suis snob”. Nico es tan mamón que me remite a mi palíndromo sé mamón o no mames, y es obvio que desconoce “Desde … Continued
Ayer, en su Fuera de registro de MILENIO, Nicolás Alvarado hizo talco a Juan Gabriel, escandalizando al vecindario cibernético por no sumarse al lloriqueo nacional y, ufano, se puso a escuchar “Je suis snob”.
Nico es tan mamón que me remite a mi palíndromo sé mamón o no mames, y es obvio que desconoce “Desde que te conocí” con Willie Colón.
A Juanga lo definió como “… letrista torpe y chambón”, de estilo entre lugarcomunesco y “absurdo”, y confió lo que piensa uno de sus afines: “Hacía bailar amaneradamente a los rancheros bigotones con coñac y pistolas, con canciones a go-go eternas, manejando los crescendos y las dynamics y las joterías”. Sus letras, “infames”, y su música “no tuvo escrúpulos”.
“Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel”, admite Nicolás, “es clasista: me irritan sus lentejuelas, no por jotas sino por nacas”; su histeria por “elemental” y su sintaxis por “iletrada”.
No coincido con él, pero celebro la diversidad de opiniones.
A finales de los 60 Monsiváis deshizo a otro ídolo popular: Raphael, pero terminó concediendo:
“El que esté libre de pósters, que arroje la primera piedra…”.