No se puede evitar la mirada de Estados Unidos sobre México gritándole “traidores” a quienes ven lo mismo acá
¿Puede aspirar el actual gobierno a la unidad nacional frente a Trump, como exigen algunos de sus políticos?
No lo sé. Sé que lo piden de la peor manera, llamando traidores a quienes no cierran filas con lo que ellos quieren, cuando ellos quieren.
Sé que lo hacen al mismo tiempo que imponen groseramente su mayoría, sin escuchar a nadie.
Y que abusan de la mayoría que tienen, una mayoría artificialmente construida, mayor de la que recibieron en las urnas, y una mayoría que multiplican, más artificialmente aún, al asumirse como voceros únicos del pueblo de México.
Nadie como ellos ha negado a otros mexicanos el amparo de la bandera en el Zócalo durante manifestaciones contrarias al gobierno.
Creo que el reclamo de unidad ante el gobierno de Trump debe ser democrático e incluyente, no imperioso, ni pasado por el agua de borrajas de gritarle traidor a quien disienta.
La débil posición internacional que tiene México se debe, sustancialmente, a su último gobierno, del que el actual se dice orgulloso sucesor. Ambos deben asumir sus responsabilidades en los riesgos que corre México ante Trump.
Trump es una amenaza para México, pero lo son también las fallas sobre las que está parado México.
Los mexicanos, el gobierno y los medios podemos normalizar en nuestra vida cotidiana cosas como el baño de sangre que deja la violencia criminal en el país.
Pero no podemos evitar que esa anomalía gigantesca llame la atención del mundo y del nuevo gobierno de Washington.
Gobierno, medios y ciudadanos podemos encontrar normal el grotesco espectáculo de manipulación que ofrece la mayoría gobernante en el Congreso.
Pero no podemos evitar que, en cuanto el mundo pone la mirada ahí, se escandalice y se pregunte con qué clase de país está tratando.
El sesgo antimexicano de Trump está muy claro. Pero también es muy claro el efecto contrario a México de muchas cosas inaceptables que suceden en nuestro país y de la sesgada manera de enfrentarlas que tiene el gobierno.
No se puede evitar la mirada de Estados Unidos sobre México gritándole “traidores” a quienes ven lo mismo acá.