Este caballero no se ha reservado su opinión de que los cárteles mexicanos son como los terroristas de ISIS, con el agravante de que están en su frontera sur
Conforme toman cuerpo las prioridades de Trump en los políticos que formarán su gobierno, la cosa pinta menos bien para México. Es un hecho ya que será el zar de sus fronteras Tom Homan, quien resume su proyecto en una recomendación para migrantes ilegales: hagan sus maletas.
A la hora de escribir este artículo parecían descontados los nombramientos de Marco Rubio, el senador cubano americano de Florida, como secretario de Estado, y Mike Waltz, quien propone dar a los cárteles mexicanos trato de terroristas, como consejero nacional de seguridad.
Se hablaba también con certeza de que un viejo colaborador antiinmigrante de Trump, Stephen Miller, quien le escribe los discursos, sería llevado a la Casa Blanca en calidad de sub chief of staff, para cerrar la pinza con Homan, entre otras cosas.
Marco Rubio tiene posiciones de política exterior que van en sentido inverso a las del gobierno mexicano. Para empezar, Rubio está en contra de las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y, absolutamente, Cuba.
Rubio tuvo un intercambio de rompe y rasga con López Obrador, a quien acusó de tener vínculos con el narcotráfico y de haber entregado México al crimen organizado.
López Obrador no es ya el presidente de México, hasta donde sabemos, pero la continuidad de su política exterior hacia Rusia, hacia Cuba y las dictaduras “de izquierda” del continente no se ha movido con la llegada del nuevo gobierno.
De hecho, en el caso de Venezuela y Cuba, ha subido un peldaño. Con Venezuela validando el escandaloso fraude de Maduro y con Cuba regalándole miles de barriles de petróleo, que México no regala a ningún otro país.
Mal pintan las cosas también para México con el inminente nombramiento del consejero nacional de seguridad, Mike Waltz, antiguo green beret.
Este caballero no se ha reservado su opinión de que los cárteles mexicanos son como los terroristas de ISIS, con el agravante de que están en su frontera sur.
Yo supongo que nada de esto afectará nuestras relaciones con Estados Unidos porque, como se dice en México, ellos también tienen mucho que perder y van a pensarlo dos veces antes de irrespetar nuestra soberanía.