Dedicado a la siembra de odios y al activismo político mucho más que a la defensa de los derechos humanos, el centro de La Montaña Tlachinollan azuza y suscribe la insensata petición de que no se realicen elecciones en Guerrero. Si por ignorancia lo hiciera pudiera comprenderse, pero es un inexplicable abogado de esa ONG … Continued
Dedicado a la siembra de odios y al activismo político mucho más que a la defensa de los derechos humanos, el centro de La Montaña Tlachinollan azuza y suscribe la insensata petición de que no se realicen elecciones en Guerrero.
Si por ignorancia lo hiciera pudiera comprenderse, pero es un inexplicable abogado de esa ONG devenida grupo de presión, Isidoro Vicario, quien afirma que los comicios no tienen sentido mientras… ¡no aparezcan! los normalistas rurales y porque en esa entidad “no son una opción” los partidos políticos.
En el mismo sentido, por desgracia, van los padres de los victimados: Melitón Ortega, padre del joven Mauricio (uno de los levantados en Iguala que terminaron asesinados e incinerados en un basurero de Cocula), dice que “mientras no se limpie la clase política viviremos lo mismo que el 26 de septiembre…”.
De tomarse en serio la consigna, ¿de dónde surgirán entonces los gobernantes y qué hacer con las instituciones que debieran y pudieran procurar la justicia que se reclama?
Minuto a minuto
