La salida de Ángel Aguirre pudiera despresurizar las tensiones políticas derivadas del misterio que mantiene a México en vilo, pero de nada sirve para dar con los 43 normalistas desaparecidos y quienes fraguaron su secuestro ni con los asesinos de otros tres más un señor, una señora y un adolescente. El Senado tiene facultad (76 … Continued
La salida de Ángel Aguirre pudiera despresurizar las tensiones políticas derivadas del misterio que mantiene a México en vilo, pero de nada sirve para dar con los 43 normalistas desaparecidos y quienes fraguaron su secuestro ni con los asesinos de otros tres más un señor, una señora y un adolescente.
El Senado tiene facultad (76 constitucional) para Declarar, cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales de un estado, que es llegado el caso de nombrarle un gobernador provisional, quien convocará a elecciones…
Pero, ¿y cuándo desaparecieron todos los poderes constitucionales en Guerrero?: nadie ha dado por desaparecidos al Congreso ni al Tribunal Superior de Justicia estatales, y ni siquiera insinuado que alguno de éstos haya dejado de funcionar.
Declarar la “desaparición de poderes” es un reto de magia constitucional y aun así, como ayer lo recordó la legisladora Cristina Díaz, la resolución senatorial solo puede ser “declarativa”.
Es, pues, hacerle al tío Lolo, cuando la única desaparición que urge resolver es la de los estudiantes de Ayotzinapa…